Desde el viernes hasta bien entrado el sábado, los vecinos de Fuentepelayo han vivido un completo «infierno», según ha informado el propio Ayuntamiento de la localidad.
El miércoles, comenzaron a estar pendientes del importante aumento del caudal del arroyo Malucas que pasa por la localidad, ya que en ese momento ya sobrepasaba los puentes de acceso al tramo urbano de la localidad, además de inundar parcelas rústicas, al este y al oeste del municipio.
Las tierras de cultivos limítrofes con los términos municipales de Aguilafuente y Aldea Real se encontraban totalmente anegados. La carretera SG-222 tuvo que ser señalizada al encontrarse en la misma situación.
Pero lo peor llegaría el viernes, cuando a media tarde el arroyo comenzó a crecer, y el agua entro en Fuentepelayo en varios puntos, comenzando a correr ríos por las calles y formándose embalsamamientos de agua en cañadas, caminos y carreteras.
Muchas de las vivienda situadas en los puntos más bajos sufrieron la entrada de agua, sin poder “achicar agua a cubos, poner mantas en las rendijas de las puertas o sacar agua con bombas sumergibles. Según se sacaba el agua volvía a entrar”, explica el Consistorio.
Una noche muy larga pero que dejó buena muestra de la solidaridad de los vecinos de Fuentepelayo, quienes “viendo la situación, sacaron sus tractores con pala para taponar con arena la entrada de las viviendas, otros vigilaban la evolución del nivel del agua, algunos con carretilla y palas ayudaron a retirar los restos que dejó el agua al retirarse, los que pusieron a disposición sus vehículos, o los que simplemente se pasaron a interesarse por las necesidades de los afectados”.