eduardo marcos en volcán de Islandia mayo 2021
Eduardo Marcos, con el volcán de Islandia que visitó en mayo al fondo. / E. MARCOS

Justo cuando se ha cumplido un mes desde que el volcán Cumbre Vieja entrara en erupción, el cuellarano Eduardo Marcos, conocido y reputado fotógrafo, ha compartido sus instantáneas tras viajar a La Palma del 10 al 13 de octubre pasados. Ya en sus redes sociales avanzó algo de lo que allí estaba viviendo, pero ahora ha compartido con los medios locales su experiencia más completa, documentada con unas impresionantes fotografías que son testigo vivo de lo que está ocurriendo en la Isla Bonita.

Eduardo Marcos trabaja ocasionalmente como guía fotográfico para la prestigiosa agencia leonesa Wildwatching Spain, y se desplazó con otro compañero guía y un grupo de nueve personas a documentar este hecho histórico. Marcos ha querido aclarar desde el primer momento que el objetivo como fotógrafos ha sido el de documentar el volcán a través de instantáneas. “Este fenómeno tan extraordinario de la naturaleza tiene una gran belleza y plasticidad digna de ser fotografiada”, explica.

Asegura que todo ello se ha hecho desde “el más absoluto respeto y solidaridad con las personas afectadas, ya que no hay duda de que la parte negativa de este fenómeno es el sufrimiento de algunos habitantes de la isla durante este largo mes en el que la isla sigue su curso natural”, señala. Afirma también que un 90 % de la isla “hace su vida normal, aunque obviamente se ha visto muy afectada negativamente desde el punto de vista turístico”.

Por otro lado, asegura que la isla es totalmente segura y que las autoridades animan a que el flujo turístico sea el habitual para que la actividad económica no cese por completo: “restaurantes, empresas, colegios y comercio que no está afectado directamente por la erupción continúan con su actividad cotidiana”, indica. Igualmente, habla de la seguridad por la que velan constantemente Policía Nacional, Guardia Civil y UME en cualquier zona.

Más allá de estas percepciones está la personal, y comparte Marcos que hasta que no pisó tierras canarias “no te das cuenta de la magnitud de este fenómeno natural”; “puedes tener una idea general de lo que está sucediendo, pero la percepción in situ es sobrecogedora, sintiendo cómo la naturaleza habla fuerte, ruge y percibes que eres un grano de arena en el desierto”, detalla.

Cuenta que desde su alojamiento en Santa Cruz de la Palma se encontraban a media hora de una zona en la que divisar el volcán. De día apenas se distinguían las explosiones de lava, “pero lo que no pasaba desapercibido es el bronco y fuerte rugido de ‘la bestia”. Cuando la noche se hizo con la isla, se situaron a tres kilómetros de distancia del volcán y “parece que lo teníamos encima”. Asevera Marcos que es ahí donde aparecieron “las dos caras del volcán, la belleza y la tragedia”. Pudieron contemplar el curso imparable de la lava hacia el mar y “cómo arrasa todo a su paso”. Esa belleza que relata se plasma en las fotografías; “es durante la noche cerrada cuando entras en el bucle hipnótico de contemplar y escuchar la constancia de las explosiones y expulsiones de lava”, comenta.

Marcos y sus compañeros de viaje hablaron con algunos palmeros: “la mirada de los palmeros es muy distinta a la nuestra, porque en cada zona de avance de la lava ven cómo esta va arrastrando alguna vena de su corazón”. “Piensan en sus familiares, vecinos, conocidos o no conocidos”, explica el cuellarano.

Contando su experiencia anima a la gente a visitar La Palma: “ahora más que nunca se necesita la ayuda de todos, tanto la económica y solidaria como la presencial, visitando la isla y disfrutando de todos sus encantos”. Marcos recalca que hay múltiples vías de ayuda dispuestas por el Cabildo de La Palma, y hace de su experiencia fotográfica un reclamo para seguir ayudando a los vecinos del lugar, que viven desde hace un mes esta situación.

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