La iniciativa busca premiar el esfuerzo de la plantilla de Grupo Alimentario Copese. / E.A.

Tras la declaración del estado de alarma, el cierre de la hostelería ha sido un duro mazazo para muchas empresas que tenían a este sector como uno de sus principales clientes. Esto ha supuesto que muchas de ellas vean disminuidas sus ventas y estén en una situación complicada.

En este marco, las líneas de negocio de Grupo Alimentario Copese –piensos, granjas de cerdos, terneros, productos frescos y transformados– han seguido trabajando, ya que su actividad está considerada como esencial en esta crisis sanitaria. Desde el primer momento, el compromiso de la empresa y de la plantilla no ha sido solo de puertas para dentro, sino, también, con el resto de los ciudadanos. “Éramos conscientes del impacto de nuestro trabajo en el conjunto de la sociedad”, afirma Vanesa Blázquez, directora del departamento de Personas del Grupo. El compromiso con su entorno es uno de los pilares básicos sobre los que se desarrolla toda la actividad de la empresa.

Pese a la incertidumbre inicial, la totalidad de la plantilla se ha volcado en continuar con la producción, primando siempre el bien común por encima de cualquier miedo o inquietud personal. “Ese tipo de comportamiento dentro de la plantilla nos hizo ser conscientes de que había que premiar este tipo de actitudes y valores”, explica Vanesa Blázquez. Así, también sustentada en el compromiso del Grupo con su entorno y su comarca, surgió el germen que inició la cadena de favores.

La iniciativa tiene un doble objetivo. Por un lado, premiar el esfuerzo de todo el equipo de Grupo Alimentario Copese; por otro, repercutir la inversión en una empresa de su entorno que, debido a la situación extraordinaria, ha visto disminuido su nivel de ventas. “A partir de esta línea, hemos llevado a cabo conciertos con otras empresas, las cuales ofrecen sus productos a nuestros trabajadores a precios competitivos y nosotros podemos repercutir esa inversión en la reactivación del comercio local”, expone Vanesa Blázquez.

La primera empresa con la que se comenzó esta cadena de favores fue Cárnicas Tabladillo. Todo el equipo de Grupo Alimentario Copese ha recibido un cuarto de cochinillo por su implicación y esfuerzo máximo durante estos días. La elección de este producto no ha sido al azar, sino que se ha buscado un alimento, de una empresa de la zona, que apuesta por el producto típico de la gastronomía segoviana y por la innovación.

Posteriormente, se unió a la cadena de favores Cerveza Artesana SanFrutos. “Siempre es un placer que podamos cooperar empresas locales para entre todos tratar de esta situación”, asegura Mateo Sanz propietario de la cervecera.

El buen funcionamiento de la cadena de favores ha hecho que se una al proyecto la Bodegas Santa Rufina ofreciendo su variedad de vinos “Nos hemos sumado a esta iniciativa para reactivar la economía local ya que creemos que todos juntos apoyándonos los unos a los otros saldremos antes de esta situación”, cuenta Blanca García.

Por último, en la provincia de Valladolid –en el entorno de actuación del Grupo– se han unido dos empresas. Los vinos ecológicos de Bodegas García Serrano, reivindicando “el comercio local y la economía en el medio rural”, tal y como afirma Juan Gómez, director técnico de la bodega. Y la Quesería Artesana La Cruz del Pobre poniendo en valor esta iniciativa que contribuye a dar salida al producto artesano. Eulalio Escarda, Jefe de Ventas, anima a “comprar en tiendas locales, productos de cercanía, ya que la única forma de salir de esta situación es apoyándonos unos a otros”.

Además, toda la plantilla de Grupo Alimentario Copese ha recibido una carta en la que se anima a continuar con esta cadena de favores, animándolos a apoyar el comercio local, ir a bares y restaurantes y así, juntos, reactivar la economía más cercana.