/MIGUEL ANGEL FERNÁNDEZ

La localidad segoviana de Arcones celebró ayer la ‘Fiesta de la Vaquilla' que tradicionalmente preludia las celebraciones del con la alegría de su recién recibida declaración de Manifestación Tradicional de Interés Cultural.
Vecinos del pueblo y llegados de otras zonas de Segovia participaron en este alarde tradicional en el que los protagonistas son los ‘Tripudos' y , por supuesto, la vaquilla a la que deben de enfrentarse con sus básicos e inflados disfraces realizados en tela de saco y cubriendo su cabeza con cartones o sacos.
La fiesta consiste en el sacrificio simbólico de una vaquilla, construida con un armazón de madera tan amplio que da cobijo a un mozo o moza, y en cuya parte delantera se ponen los cuernos de un toro. Las vaquillas decoradas con sábanas, mantones de manila y flores de papel, eran antiguamente portadas por los quintos, pero su ausencia o escasez ha abierto el papel a las quintas u otros mozos o mozas.
Las vaquillas embisten a los tripudos, embutidos en enormes sacos de pita viejos que se rellenan de pajas que caen pesadamente y que necesitan ayuda del público para levantarse.
En cumplimiento del rito heredado, la costumbre dice que el acto concluye con dos disparos que simbolizan la muerte de las vaquillas y es entonces cuando el pueblo se reúne en el ayuntamiento a probar “la sangre de la vaquilla”, que ahora es limonada o chocolate caliente.
La vaquilla, en este caso en su forma real, también fue protagonista en Carbonero el Mayor, donde en la tarde del pasado sábado se celebraron divertidos y emotivos encierros carnavaleros en los que los participantes se enfrentaron al astado con disfraces. pa