Umbrales de Felicidad

No hace tanto tiempo, hace muy poco realmente, que nosotros y muchos más nos poníamos – dedo en mapa – a buscar lugares de interés o muy exóticos (casi siempre extranjeros) en el afán por encontrar evasión, diversión, salida de lo cotidiano, etc. Y ya conocemos por la tele la estampa, en esas fechas concretas, de cómo se ponían aeropuertos y estaciones de tren y autobús. Llenos de gente esperando su traslado. Pasados esos días y vueltos a nuestra realidad cotidiana otra vez a ensoñar las nuevas aventuras, salvapantallas en los ordenadores, etc.

Pero en poco tiempo y repentinamente hemos tenido un cambio grande en nuestras vidas, retenidos en casa, escuchamos las noticias y nos asomamos a la ventana mirando lo más lejos que nos permite el siguiente bloque.

La aparente felicidad que antes nos producía el pensar y alcanzar ese lugar remoto ahora se encuentra mucho más cercana, tan cerca como desear bajar a la calle, sentir el sol en la cara, una cerveza con amigos en una terraza… Los umbrales de felicidad los hemos bajado, los hemos “reajustado”. Y lo mismo deberíamos aprovechar los nuevos niveles para disfrutarlos con intensidad durante mucho tiempo, todo el que podamos, a lo mejor ya para siempre.

De momento, y personalmente aprovecho para escuchar algunas de las viejas canciones que cantaban a la libertad. Una de ellas Ventura Highway del mítico grupo América (del año 1972 ni más ni menos) suena ahora más fresca que nunca. Más o menos traducido dice en una parte de la letra “porque el viento libre se mueve en tu cabello…”. La próxima vez seré más consciente de estas cosas y de otras que dábamos por descontadas.

Estamos confinados. Muchas cosas aguardan. Eran buenas y nos gustaban, y ahora son mejores. Las volveremos a disfrutar esperemos que en no mucho tiempo.

Tino de la Torre