
El baloncesto es uno de los deportes que más tradición tiene entre los segovianos, acostumbrados años atrás a ver a los mejores conjuntos nacionales disputar sus partidos contra el equipo emblemático del Imperio. Tras su desaparición, los intereses personales convirtieron esta disciplina en unos reinos de taifas, en los que lo propio se consideraba por encima del bien general. Así se han ido sucediendo muchas iniciativas que han tenido fecha de caducidad.
La situación competitiva actual en Segovia no ha conseguido el nivel deseado, quizás por no disponer de ningún representante en las mejores categorías del baloncesto nacional. Al no tener ese club, las aspiraciones de los que se inician tampoco son elevadas. Actualmente, competir en la Primera División Nacional no es más que ofrecer a los jugadores de categoría sénior, incluyo también a las chicas, la oportunidad de seguir jugando a este deporte pero sin salir casi de la Comunidad.
Aunque los casos son diferentes entre el CD Base y El Cochinillo Segoviano, aquél sí que posee una estructura consolidada gracias al esfuerzo de sus directivos y entrenadores que han conseguido atraer a muchos jugadores. Los resultados en las categorías inferiores así los demuestran. Sin embargo, le falta dar un paso más para atraer no solo a los más jóvenes sino para crear una afición que respalde socialmente un proyecto de más envergadura.
En Segovia, además de los jugadores del CD Base, hay otros que tienen buen nivel, como así se demostró en la final de la Copa de la Delegación de Baloncesto, que juntos podrían participar con decoro en la liga EBA, ayudados de algún buen refuerzo externo. Sería un pequeño o gran paso, según se mire, para dar más brillo y esplendor a un deporte que necesita volver a transmitir las mejores sensaciones.