“Levántate y anda”

Me llamó por teléfono una becaria de una emisora de Radio de Segovia para hacerme unas preguntas sobre la “Asamblea europea de la Fraternidad Cristiana de personas con discapacidad (Frater Europa)” que estamos celebrando estos días en el Hotel Puerta Segovia de La Lastrilla. Al ver en el programa el lema de la Asamblea “Levántate, coge tu camilla y anda”, extrañada, me preguntó: “¿de dónde viene eso?”.

Pues mira, le dije, se refiere al relato fundacional de la Fraternidad (Mc. 2, 1-11) en el que Jesús cura a un paralítico que le presentaron y le envía a la misión. Es un relato breve que nos puede ayudar a salir de nosotros mismos y situar a las personas más vulnerables en el centro de nuestras relaciones y proyectos. Lo hemos trabajado en nueve países europeos donde existe la Frater.

Es un relato importante por su significado y por la relación que se establece entre la persona paralizada en su proceso vital y Jesús, el Señor de la vida, y más cuando ésta transita entre la enfermedad y la misma muerte. Acoge la fragilidad y, con su actuación, la transforma, la ilumina… y capacita a las personas (con palabras y gestos profundamente humanos) para hacer frente a las limitaciones y a todos males que nos hieren y “paralizan”, con dignidad y fortaleza.

Es la manera de actuar de Jesús con quienes sufren por cualquier causa en general, y con las personas con enfermedad o discapacidad en particular. Jesús se toma muy en serio el sufrimiento humano, sus causas y las respuestas que hemos de encontrar para evitarlo (cuando es posible) o para asumirlo cuando nos afecta a nosotros, o para acompañar a otros que lo sufren en su cuerpo y en su alma.

El encuentro con Jesucristo será fundamental: la persona se pondrá en pie y retomará el protagonismo de su propia historia. Jesús le vuelve a colocar en el camino de la vida.

“LEVÁNTATE”:
El contacto personal con Jesús le lleva al paralítico a descubrir que no hay motivos para sentirse culpable, ni condenado, ni excluido. No hay motivos para sentirse acomplejado y quieto. Dios mismo es su energía, nada ni nadie podrá impedir que llegue a la meta: vivir en pie, con fortaleza y dignidad, dando a los demás lo mejor de sí mismo. Jesús le dice: “Levántate”, o lo que es lo mismo: eres persona, eres amado por tu Dios, que no se fija en las apariencias sino en el ser y en el corazón. Eres uno más.
Lo actualizamos: Todos necesitamos ser ayudados, todos podemos ayudar. No hay personas “dependientes y asistidas” y personas “autónomas y solidarias”, todos dependemos de los demás, todos somos y tenemos capacidades que potenciar.

“TOMA TU CAMILLA”:
Jesús Invita al paralítico a aceptar su existencia tangible y convivir pacíficamente con la enfermedad y la discapacidad como consecuencias inevitables de la finitud del ser humano y de la creación entera. Es el reto que Jesús plantea. Y sobre el que estamos trabajando en esta Asamblea para reafirmarnos a convivir con la fragilidad, serena y pacíficamente, sin reproches ni paternalismos. Tratando también de levantar y acompañar a otros en su camino.

Lo actualizamos: Por pesada que sea la “camilla” con la que nos toque cargar en nuestra vida, cada uno somos mucho más que lo que ella nos impide hacer. “Toma tu camilla” (cada cual tiene que cargar con la suya). Jesús le/nos anima: ¡puedes hacerlo! te lo aseguro, ¡convéncete!

“Y ANDA”:
Puesto en pie, con la camilla a cuestas… se incorpora a la vida. Es el momento de iniciar el camino. Sanado, rejuvenecido, entusiasmado. Le invita Jesús, como uno más, a iniciar su particular itinerario personal como buscador de sentido. Andar, caminar, vivir…

Lo actualizamos: Es la invitación a mirar adentro de uno mismo, con serenidad, profundamente. Descubrir las propias limitaciones (biológicas y espirituales) descubrir también los anhelos y esperanzas más profundas, más deseadas, más necesarias y, al mismo tiempo, todas nuestras capacidades. Limitaciones y capacidades que todos tenemos. Eso sí: “Nuestra capacidades superan a nuestras limitaciones”.