Las pensiones

La reforma de las pensiones era uno de los grandes proyectos que tenía el Gobierno y quizá el de más calado de todo la legislatura y era lógico por la gravedad de la situación en la que nos encontrábamos. Lograr y llegar a un gran pacto de todos y para todos es un loable y deseable objetivo de cualquier Gobierno serio y que debe acometer pensando en el futuro y no en el corto plazo. La solución no es fácil, ni quizá sea entendible por todos, pero hay que hacerla tanto por el bien de los pensionistas actuales como de las próximas generaciones.

Desgraciadamente, este Gobierno ya nos tiene acostumbrados a su mínima capacidad para lograr acuerdos amplios, salvo con sus socios preferentes como son Esquerra y Bildu, a pesar de que pregonan llevar el diálogo como bandera, pero la realidad es otra. El acuerdo con los sindicatos es bueno y necesario. Sin embargo las desavenencias con la patronal, la nula negociación con los grupos políticos y en particular con el PP y la ausencia total de los informes necesarios de los distintos órganos consultivos del Estado como son el Consejo de Estado, el Consejo Económico y Social, la AIReF, ni haberse elevado a audiencia pública permitiendo las aportaciones de instituciones, organismos, expertos y ciudadanos en general, lo hacen inviable.

El que la reforma de las pensiones sea tramitada como Real Decreto Ley dice ya todo del interés y maneras de este Gobierno. Los reales decretos presentados al Congreso o ‘se toman o se dejan’ y es una absoluta falsedad decir que se aprueban pero luego se tramitan como proyectos de Ley, cuando el más tonto de la clase sabe que una vez aprobado y en vigor, lo del trámite parlamentario como proyecto de Ley es una auténtica ‘engañifa’ estando Sánchez como presidente y más, en un proceso electoral ya abierto. El ‘modus operandi’ de este Gobierno, unido a las prisas y a las urgencias, con tal de salir del atolladero en el que se encuentra, no hace sino que sea otra patada adelante más, que no soluciona el problemas salvo para uno o dos años vista, como ya el propio proyecto presentado establece que deberá ser reformado en 2025. Con esta reforma por ello no se lleva a cabo una verdadera reforma del sistema de pensiones, sino que es un ‘parche’ que permite a Sánchez ‘ir tirando’ hasta las elecciones, pero dejando una hipoteca a los ciudadanos que en modo alguno asegura la viabilidad de las mismas.

Con esta nueva propuesta habrá menos empleo, menos crecimiento y más agujero en las cuentas de la Seguridad Social. El ministro de Seguridad Social dijo ayer en el Pacto de Toledo que la reforma hace el sistema ‘robusto’ y garantiza la sostenibilidad, la suficiencia y mejora la equidad. Sin embargo los expertos, anticipan y ponen ya en duda estas afirmaciones tan rotundas del ministro, porque toda la carga recaerá básicamente en empresarios y trabajadores, que son quienes sufrirán un incremento de las cotizaciones sociales para equilibrar las pensiones sin que el Gobierno haga el más mínimo recorte de los gastos mastodónticos y superfluos del Estado. Esto ya lo dijo el propio Ministro antes de serlo y siendo presidente de la AIReF, la sostenibilidad de las pensiones deberá ser a costa de reducir los gastos innecesarios del estado y creando empleos, nunca subiendo más las cotizaciones a los trabajadores ni a las empresas.
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(*) Diputado Nacional del PP por Segovia.