
España ha experimentado un importante crecimiento demográfico en este siglo, entre el año 2001 y 2021 el país ha pasado de 41,1 a 47,1 millones de habitantes, casi 6 millones más, lo que supone un crecimiento cercano al 15%. Sin embargo se ha incrementado la despoblación en dicho intervalo, cuatro Comunidad Autónomas (Castilla y León, Asturias, Extremadura y Galicia) han perdido población y son diez las que pierden población en la última década (2010-2019), Aragón, Castilla La Mancha, Cantabria, Comunidad Valencia y La Rioja, además de las anteriores. La realidad es que de 8.131 municipios, 5.202 pierden población desde 2001 y en la última década 6.323 pierden habitantes, 3 de cada 4 municipios. El fenómeno de la despoblación es eminentemente rural y afecta gravemente a los pequeños municipios.
En España hay municipios con menos de 5.000 habitantes, que concentran 5,7 millones de personas, el 12% del total y en la última década han perdido población 5.620 de esos municipios; es decir, 8 de cada 10 municipios menores de 5.000 habitantes pierden habitantes en la última década, y en los municipios de menos de 5.000 habitantes hay 410.000 personas menos que hace una década. En municipios de menos de 1.000 habitantes, la despoblación llega al 86%. De los 5.000 municipios, donde viven más de 1,4 millones de personas, han perdido más de 200.000 habitantes. La dispersión territorial y la baja densidad de la población dificultan la prestación de servicios básicos, como ocurre en la Comunidad de Castilla, además, 29 capitales de provincia han perdido población la última década, es decir la población afecta a las pequeñas ciudades y a las capitales de provincia, como Segovia.
La densidad media en España es de 93 habitantes por kilómetro cuadrado, mientras que la media europea es de 120 habitantes por Km/2. Hay 3.926 municipios con una densidad de población inferior a 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado. En Segovia la densidad es de 22 habitantes por Km/2.
Entre el año 2010 y el año 2021, Segovia capital ha perdido 4.222 habitantes con el actual gobierno municipal, un –7,65% de su población, hasta situarse en una población en 153.663 habitantes. Mientras que la provincia ha perdido un –6,45%.
Los municipios de baja densidad abarcan 243.000 Km2, el 48% de la superficie del país, prácticamente la mitad de esa superficie está en riesgo demográfico, una pérdida de población que viene acompañada de un proceso de envejecimiento, un fenómeno que se centra en los municipios rurales. Las proyecciones avanzan que, para el año 2050, los mayores de 65 años serán 15,5 millones en nuestro país, una de cada tres personas habrán alcanzado 65 años. Este envejecimiento se concentra en los pequeños municipios rurales. En efecto, en los municipios de menos de 5.000 habitantes se produce el fenómeno de que 3 de cada 10 personas superan los 65 años y casi el 15% también alcanza los 80 años.
Además ahora observamos un cambio demográfico a partir del año 2015. El saldo vegetativo es negativo desde ese año con la pérdida de población consiguiente debido que los nacimientos son menores que las defunciones y continuará en las próximas décadas. Así, las Comunidades de Castilla y León, Galicia, o Asturias detentan saldos negativos desde los años 80 del pasado siglo, de hecho más de 6.320 municipios tienen más defunciones que nacimientos en la última década y 8 de cada 10 municipios tienen ya un crecimiento vegetativo negativo. El Instituto Nacional de Estadística señala que Castilla y León tendrá en el año 2037 la cifra de 2.279.851 habitantes (- 96.888 habitantes), es decir, una pérdida de población del –4,1% frente a un crecimiento de Madrid del +15,4%, Cataluña del +13,9%, Comunidad Valenciana del +15,4%, Murcia del +16% e Islas Baleares del +25%. El centro peninsular, la España vaciada, queda sin un futuro viable poniendo en un grave peligro el equilibrio territorial de nuestro país.