La Caída del Imperio. Y su recuperación

Europa, por suerte, lleva muchos años sin guerras. Sin las grandes guerras que siglo tras siglo se mantuvieron por todos los territorios. Estar en guerra para un europeo ha sido algo connatural a su propia condición de eso, de europeo.

Esos siglos de convulsión no fueron óbice para que a la vez, en los periodos de paz relativa (por llamarlo de alguna manera), se abrieran huecos para que mentes preclaras llegaran por via de la filosofía, economía o ciencia a poner las bases que han construido prosperidad para los ciudadanos de aquí y por ende de todo el mundo.

Quedaron muy de manifiesto las capacidades de los europeos cuando enormes regiones de casi todos los países europeos quedaron devastadas tras la segunda Guerra Mundial y necesitaban reconstruirse en todos los aspectos; lo hicieron con la propulsión económica inicial del llamado Plan Marshall (dinero inyectado en la economía de Europa por EEUU), el cual bien aprovechado e implementado dio lugar a recuperación y crecimiento en lo económico y social realmente espectacular. España, por esas fechas, vivía en dictadura e intentaba algo parecido a una autarquía; nos quedamos fuera de ese ciclo de crecimiento, fuimos a diferente ritmo y esa diferencia entre los países aún hoy es palpable. Y demos gracias a que nuestros emigrantes (muchos somos hijos o nietos de ellos) marcharon a Europa y enviaban los ahorros que conseguían fruto de la vida austera que llevaban en el extranjero. Con eso y con el comienzo del turismo masivo, España vivió también su particular milagro.

Todo este tiempo de paz y prosperidad ha tenido como efecto la consolidación de un estado de verdadero bienestar. Un mundo de seguridades y de coberturas, las cuales al principio se disfrutaban pero ahora ya solo se entienden como derechos (irrenunciables, por cierto) de los ciudadanos.

Pero nada es eterno. La Europa, a la vez de libertades y de seguridades, se ha encontrado con guerras y amenazas de otro tipo: una es la competencia desde Oriente. De nuevo, en una mezcla de astucia y extendiendo un manto protector, se consiguió seguir manteniendo el mundo agradable que aún disfrutamos; me refiero a la apertura hacia nuevos países al oeste de Europa, lo que favoreció la deslocalización de fábricas para poder elaborar productos a costes más bajos y seguir siendo competitivos. Esos ‘nuevos’ países que a su vez estaban necesitados ‘de todo’ han sido enormes clientes de los propios productos que ellos fabrican (automóviles, electrodomésticos…).

Y han ido llegando otros fenómenos, en donde se ha ido viendo a la Comunidad Europea algo torpe. Uno, aún sin resolver, y compartido con más países (de esos que llaman ricos) es el ‘efecto llamada’. Es decir, personas que no soportan la vida que les ha tocado vivir en su país de origen, por la mala fortuna de haber nacido en aquel lugar (cosa no escogida) y se lanzan a la desesperada y sin ningún plan concreto a intentar entrar en los países y una vez allí ya se verá. Cogida Europa a contrapié y con una burocracia lenta y casi sin capacidad de reacción, este ‘efecto llamada’ ha dado entrada a lo mejor y a lo peor de los seres humanos, creando una buena confusión sobre cuál debe ser la actitud que debe tomar una Comunidad Europea respecto a este tema u (otro problema) como encarar las crisis económicas o médicas. Creo no equivocarme al decir que nuestra Comunidad Europea sabe gestionar cuando las cosas van bien, pero cuando la cosa se tuerce… Y así hay algún país, por no hacer el cuento largo, que ha pensado que visto lo visto mejor nos vamos. Y se han ido. Sin cerrar la puerta pero se han ido.

Otro tema y sin querer entrar en polémicas; solo manejando datos contrastables. Vemos como países fuera de Europa (de diferentes tamaños y potencialidad) van muy adelantados ‘en lo de las vacunas’. Es un proceso que, a día de hoy, continúa liderando Israel que ya ha suministrado 93,8 dosis por cada 100 personas y cuenta con un 39,8% de la población inmunizada. Reino Unido también va fuerte con con 32,9 dosis y EEUU con 24,9 dosis por cada 100 personas, frente a la media de 8,3 dosis de la Comunidad Europea por los problemas logísticos, de producción y de suministro de vacunas que se han producido desde comienzos de este año.

Con todo esto, ha resultado muy interesante ver cómo tras la salida de Mario Draghi del BCE, y tras su breve periodo de reflexión personal, decidió aceptar ser primer ministro de Italia (el viejo Imperio Romano que en su tiempo también tuvo enorme auge, pero adormecido por el éxito y lo remoto de sus fronteras fue devorado y hecho desparecer) para rescatar el país de su larga crisis económica, también social.

Mario Draghi, como cualquier persona pública tendrá enfervorecidos defensores y también grandes críticos a su gestión, pero hay dos cosas en las que hay que estar de acuerdo: salvó el euro cuando la penúltima crisis con un programa audaz y sin titubeos y conoce Europa y sus instituciones como nadie.

Su plan, como no puede ser de otra manera, se dirige a Italia pero podría ser un plan asumible para toda Europa. Así en breve, contempla bajar la presión fiscal, eliminar trabas administrativas, reforzar la seguridad jurídica para captar el interés de los inversores (locales y extranjeros) y reducir los gastos innecesarios. Por nuestras tierras estamos a ver como subimos el IRPF, el impuesto de Patrimonio, subir IVA en ciertos productos, intervenir en el mercado de alquiler de viviendas, y lo que es peor, actuando con gran laxitud ante la ‘okupación’ de vivienda. Como pueden entender esta situación, se sepa o no, está espantando al inversor internacional. Y más cosas que veremos. O Mario Draghi se equivoca o nos equivocamos nosotros. Juzguen ustedes.

Europa ya no es la potencia que fue, se avista un cierto declive: unos abandonan el barco y hacen Brexit y otros, como Italia, parece que cogen el toro por los cuernos, aprovecharán bien los fondos estructurales europeos que llegarán e intentarán relanzar el país. España debería escoger un camino. La complacencia y las luchas interinas en las que andamos metidos todos los días no van a generar ninguna recuperación.