Inseguridad en tu teléfono y ordenador

En las clases sobre ética en los medios de comunicación social en la Facultad de Comunicación, analizábamos el comportamiento ético en internet y en las redes informáticas o autopistas de la comunicación. En muchos momentos nos enfrentamos al dilema de la búsqueda del bien privado o del bien de la sociedad ¿es lícito manipular e interferir en un teléfono móvil privado por razones del bien común?

Es el interrogante planteado ante la cercana intromisión en el móvil del presidente del gobierno ¿se hizo buscando el bien común? ¿fue una acción propia del espionaje político? Si se hace con el teléfono privado del presidente del gobierno ¿se puede hacer con el teléfono de cualquiera de los lectores?

Ante ello, podríamos titulado esta reflexión: “ponga un ‘hacker’ en su vida”. Y es que una de las profesiones con más futuro es la de ‘hacker’. Aunque la gente piense que el término describe a un malvado pirata informático que sabotea, espía, extorsiona o roba la información de nuestros dispositivos electrónicos, en realidad la palabra ‘hacker’ describe una figura más compleja y constructiva: es alguien que hace frente a los desafíos y los límites de los dispositivos electrónicos.

Es verdad que el término ‘to hack’ significa ‘romper’ o ’golpear violentamente’, pero hay un uso informal del término que significa ‘alcanzar’, ‘conseguir’ y ‘superar creativamente’ las limitaciones que son impuestas. El término describe a un independiente experto en informática o dispositivos electrónicos e implica toda una innovadora filosofía de vida, del conocimiento y del trabajo. Es decir, es alguien que nos puede ayudar a salvaguardar el contenido de nuestro teléfono y nuestro ordenador.

Situación como el acceso de los menores a los medios de Comunicación Social, la pornografía y el erotismo en estos medios, los robos de tarjetas de crédito (los ciberladrones), el cambio de personalidad y los juegos morales(juego de rol, los ciberasesinos), el enamoramiento a través de “internet” (Los ciberamantes), la violación de la intimidad, el respeto al anonimato, la seguridad nacional, son algunas de las situaciones antropológicas que nacen de estas nuevas formas de comunicación y que precisan tanto de una orientación ética como de una regulación jurídica. Los problemas más preocupantes de las comunicaciones “en línea” (ONLINE) afectan al comportamiento humano: el acceso no autorizado, el robo de propiedad electrónica, el lanzamiento de gusanos y virus informáticos, racismo, difamación y acoso.

Igual que necesitamos un médico o un abogado, ahora también necesitamos un ‘hacker’ que nos ayuden y asesoren para afrontar los retos que plantea nuestra salud informática y digital. Son cada vez más necesarios en el ámbito de la ciberseguridad para conocer las brechas de resistencia a los ataques informáticos. Los necesitamos porque nuestros dispositivos son más vulnerables de lo que nos imaginamos y las posibilidades de extorsión crecen sin cesar: hay más de 40.000 ciberataques por día. Eso lo saben bien las empresas cotizadas porque la gestión de bienes básicos como el agua, la energía, la sanidad o la limpieza dependen de la seguridad informática. Esta seguridad es un bien básico directamente relacionado con la gestión de las vulnerabilidades de los sistemas. El ‘hacker’ es un experto en detectar rendijas, huecos y grietas en los sistemas. Su misión es conocer los niveles de riesgo y detectar las vulnerabilidades de los sistemas.

Hasta ahora, eran personajes grises y figuras oscuras que se pasaban todo el día delante de las pantallas. Según el ‘2021 Hacker Report’ son profesionales técnicamente preparados y con una gran independencia en su capacidad de juicio. Además, tienen el orgullo de autodidactas que arriesgan para ofrecer sus servicios a consultoras, despachos de abogados e incluso unidades de ciberdelincuencia o ciberseguridad.

Por otro lado, una de las características de la información veraz es la información crítica. Esta puede llevarse a cabo a través del “Hacker”. Los sistemas que van a almacenar información crítica deben ser los más seguros. Por ello, estos archivos críticos deben estar protegidos de forma especial. Cada vez se debe ser más consciente y crítico a la hora de evaluar la fuente de los datos. Pero, además, los proveedores de información tienen que prestar mayor atención a los posibles efectos de la información servida en “Internet” cuando la exactitud sea importante.
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(*) Catedrático emérito.