Hemos de tener en cuenta que la televisión llega Segovia a finales de la década de los 50 del siglo pasado. Existía la radio, aunque la mayoría de los hogares carecían de ella por falta de medios, no obstante algunas familias pudientes y algunos establecimientos de hostelería la tenían como objeto de lujo o reclamo. En general el pueblo nos distraíamos, además del cine que ya era “hablado en español”, con otros deportes y juegos de mesa que siempre fueron muy socorridos para pasar los ratos de ocio. Así que uno de los juegos que se practicaba con asiduidad por entonces y anteriormente era el ajedrez y en los hogares no faltaba dicho juego que permitía pasar varias horas abstraído en su práctica.
También existían muchos centros donde se jugaba al ajedrez, por ejemplo en el Casino de la Unión, Círculo Mercantil, otras asociaciones lúdicas y religiosas, bares y cafés, domicilios particulares y no faltaron tampoco lugares en la misma calle donde también se jugaba. Incluso era frecuente jugar partidas por correspondencia.
Recuerdo a Carmelo el propietario del Bar España de Santa María la Real de Nieva que jugaba una partida por correspondencia muy interesante con un bilbaíno. En fin que fue una época donde el ajedrez estuvo de moda y su juego alcanzó altas cotas entre sus practicantes. En Segovia en los bares, cafés y otros círculos de recreo se convocaban campeonatos de ajedrez; recuerdo de algunos en el Café Columba y en el Bar Juanito el de la Taurina, ya que regularmente se practicaba este juego. El club ajedrecista segoviano convocaba campeonatos para proclamar el campeón de Segovia que por aquella época fue Juanito Aragoneses, persona cuya profesión era mercero ya que tenía una mercería en la calle Juan Bravo, 34 (hoy Calzedonia) y que verdaderamente era un buen jugador a nivel provinciano.
Siendo un niño de unos trece años, por la festividad de Reyes mi padre me regaló un ajedrez. Al no tener ni idea de para qué servía aquello nos enseñó a jugar a mí y a mi hermano más pequeño, partidas que como es natural no tenían ningún aliciente por diferencia de edad.
Como por aquella época me hice socio de las Congregaciones Marianas donde se jugaba, entre otros juegos, al ajedrez, allí comencé a jugar, tal vez con demasiado interés, llegando a jugar aceptablemente para el circulo donde me movía y a los diecisiete años puedo decir que vencía a todos los partenaire a excepción de mi amigo, que lo sigue siendo, Luis Gallego Llaguno, (farmacéutico de los Picos) que teníamos un nivel parejo.
Tal era el interés que este juego despertaba en Segovia, que el Casino de la Unión contrató en el año 1946 al niño prodigio español Arturito Pomar Salamanca que era el campeón nacional y tenía entonces 15 años para jugar veinte partidas simultaneas que presencié. Ganó 19 y en una hizo tablas precisamente con el campeón segoviano Juanito Aragoneses.
A imitación de estas partidas se organizó en las Congregaciones Marianas otra ronda pero solo con diez partidas simultaneas y el ajedrecista fue el campeón segoviano Juanito Aragoneses. Venció en nueve partidas y perdió, en una que precisamente fue la que jugó contra mi persona. Por cierto que no le sentó bien esta pérdida manifestando algún pretexto que no venía al caso.
En fin que fue su época dorada donde el ajedrez brilló con pleno esplendor. Espero que en Segovia actualmente existan asociaciones que le promocionen y donde se juegue a este inteligente esparcimiento, ya que es imperecedero, pero no creo que alcance el entusiasmo que alcanzó por aquella década del siglo pasado.