Diego Gacimartín

El mundo alrededor de un balón de 63 centímetros de diámetro es lo que le priva a nuestro personaje de hoy, Diego Gacimartín Aguado. ¿Qué le queda por aprender? Pues yo creo que nada en esa órbita del fútbol sala ¡bueno! si acaso, encontrar huecos para tener algo de relajo con su chica y sus vástagos; que, sin duda, sabe que son la joya de su corona.
Comenzó jugando al fútbol en el colegio; y estando ya en el instituto entrenó a equipos de niños. Ladis Peñas, conocido técnico de Caja Segovia, le cogió como ayudante para entrenar a la cantera; si bien, sabido como era en una época gloriosa la extensa cantera de ese club, Diego llegó a entrenar a todas las categorías, incluida la Nacional A. Después, se va al Fútbol Sala Valverde, División de Plata; luego, ya creado el Segosala, coge las categorías de base. Posteriormente, es el entrenador del Segovia Futsal y consigue el ascenso a Primera División, el éxito del que está más orgulloso. En este club estuvo 3 años, hasta que desapareció. Después fichó por el Leganés FS de Segunda, y finalmente lleva el Juvenil División de Honor del CD San Cristóbal.
Este hombre, profesor de primaria en Sangarcía, tiene además la carrera de música. Dos cualidades para saber aplicar la labor pedagógica a los entrenos de la juventud: un maestro-músico, con disciplina y trabajo en todo a lo que se compromete.
Su trayectoria tiene un heredero que acogerá las enseñanzas de su padre: Daniel. Este chaval ha absorbido la vivencia paternal; pero antes son los estudios, porque su futuro lo está fraguando ahora. Les aseguro que, con esos mimbres, tiene que hacerse un excelente jugador. Por todo lo que ha hecho Diego a favor de un deporte, merece ser nombrado personaje genuino del deporte segoviano.