En mayo y junio de 2021 es espiado y hackeado el teléfono personal de Sánchez, hecho público por el propio Gobierno en abril de este año 2022.
En marzo de 2022, Sánchez renuncia a la posición histórica mantenida por España durante los últimos 50 años respecto al Sáhara, una decisión exclusivamente personal, en la cuestión quizá más importante de las relaciones internacionales de España, pues afecta a la posición ante Marruecos sobre el Sáhara, y de manera indirecta a Ceuta y Melilla y a las estratégicas aguas de las Islas Canarias. Una decisión que no contó con el respaldo ni apoyo del Congreso de los Diputados, pues no tiene justificación ni razón alguna para los intereses de España, y que todavía no está nada claro que fuera informada la Jefatura del Estado, pese a que la Constitución prevé que el Rey debe ser informado de todos los asuntos del Estado y le corresponde la más alta representación del Estado Español en las relaciones internacionales.
En abril de 2022 el periódico New Yorker reveló el informe de un departamento de la Universidad de Toronto “Citizen lab” que destapaba el “Catalangate¨ sobre el espionaje del Gobierno de España a independentistas y activistas catalanes. La información desencadenó una enorme crisis entre el Gobierno de Sánchez y el de la Generalitat, y con la denuncia del Gobierno de Sánchez de que también él había sido espiado en su teléfono móvil en mayo y junio de 2021, del que le habrían sustraído 2,6 gigas de información y datos y que presentaban la correspondiente denuncia ante los tribunales de justicia. ¡Qué casualidad, lo hacen público en ese momento y para hacer ver que también el Gobierno sufre espionajes! El informe del que se hacía eco el periódico neoyorquino fue desacreditado por diversos expertos internacionales, pero se llevó por delante a la directora del CNI (fue cesada por la ministra de defensa), y que reconoció en sede parlamentaria que se habían llevado a cabo escuchas sobre distintas personas del entorno del independentismo, pero siempre bajo control judicial.
Fue la cabeza que Sánchez tubo que cortar para “parar” el acoso de sus socios y apoyos del gobierno.
Nadie ha confirmado hasta ahora si la inteligencia marroquí estuviera detrás del espionaje del teléfono del presidente Sánchez a pesar de las noticias que aparecieron en junio de este año en el diario francés France Soir, qué decía que sí, que estaba detrás del espionaje del móvil del presidente y que la información sustraída era absolutamente comprometedora para el entorno familiar del presidente, como también así lo decía el informe de una Comisión de la UE hace unos días. Resultó sorprendente que el acuerdo de Sánchez con Marruecos, es decir el regalo de Sánchez al Rey alauita, lo hiciera público el gobierno marroquí, poniendo en jaque a toda la diplomacia española y europea, dado que además, en dicha misiva no aparecía ningún compromiso de Rabat sobre la soberanía de Ceuta y Melilla, ni sobre las aguas de las Islas Canarias.
Desde entonces, las declaraciones de una exministra de Zapatero cuestionando la soberanía de España sobre Ceuta y Melilla, los viajes del expresidente Zapatero y de algún otro ex del PSOE a Marruecos, las permanentes alabanzas de Sánchez al gobierno marroquí, la entrega de importantes sumas de euros de España a Marruecos para distintos proyectos, el endurecimiento de las posiciones de Marruecos sobre Ceuta y Melilla, llegando a calificar a las dos ciudades españolas de “presidios ocupados”, sin ninguna respuesta de Sánchez, nos hace decir, como al capital Renault de la película Casablanca ¡qué escándalo, he descubierto que aquí se juega!, cuando él sabía de sobra lo que allí se cocía.
——
(*) Diputado Nacional del PP por Segovia.