Afección del cambio climático al urbanismo

Cada vez es más común ver en las noticias, que se han producido inundaciones en este pueblo o en este otro. Casi nadie pone en duda, excepto los escépticos crónicos, que en el mundo se está produciendo desde hace ya algunas décadas un cambio en los fenómenos meteorológicos, que hace que sean más extremas las sequias y los episodios de precipitaciones. Muchos días vemos como se baten récords de temperaturas máximas y de cantidades de lluvia caídas en 24 horas. Recientemente el municipio de El Espinar, ha sufrido uno de estos episodios de lluvias torrenciales que ha provocado innumerables destrozos, con suerte que no ha habido pérdida de vidas humanas.

Es evidente, que en muchos lugares el urbanismo y diseño de viales se ha quedado obsoleto con respecto al cambio climático, lo que hace que las calles e infraestructuras que tenemos no estén preparadas para estos episodios de lluvias torrenciales.

Pero la raza humana, con su capacidad de raciocinio evoluciona y se amolda, aunque algunas veces le cuesta arrancar, para intentar revertir, o en su caso, amortiguar en la medida de lo posible, los efectos adversos que pueden producir las lluvias torrenciales. Por ello, ya se están produciendo en algunos lugares del mundo, y también en España, modificaciones en el diseño de los viales e infraestructuras que permitan amortiguar estos efectos adversos de las aguas pluviales torrenciales.

En el sureste español, donde están algo más acostumbrados a sufrir la llamada “Gota fría” que ahora también se denomina Depresión en Altos Niveles de la Atmósfera (DANA), ya se empieza a diseñar viales pensando en que habitualmente recibirán lluvias torrenciales, donde los conductos de alcantarillado tradicionales no son capaces de aliviar adecuadamente.

Los parámetros de diseño que empleamos para calcular las secciones de las infraestructuras que soportarán las aguas pluviales en la actualidad, se quedan obsoletos para los episodios de lluvias de tormentas que día tras día van superando los registros anteriores. Pero la inmensa mayoría de infraestructuras construidas para saneamiento y alcantarillado que tienen los pueblos y ciudades de España, no pueden soportar por sus conductos los caudales de estos episodios tormentosos, provocando riadas urbanas por superficie. En numerosos municipios el sistema de saneamiento es unitario, donde las aguas residuales discurren por el mismo conducto que las aguas de lluvia o pluviales, provocando frecuentemente contaminación por los restos de fecales y sólidos en suspensión que llevan estas aguas cuando se producen desbordamiento de estas tuberías.

El modificar a corto plazo todas estas infraestructuras es inabordable por cualquier Ayuntamiento, por lo que encontrar una solución satisfactoria, rápida y barata, se hace una encomienda de una complejidad extrema.

Entre las soluciones que se están empezando a considerar para mitigar el efecto de las lluvias torrenciales, esta una generalizada que se denomina “Ciudades permeables”. Se trata básicamente de realizar en las ciudades pavimentos permeables, que permitan la infiltración del agua de lluvia hacia el subsuelo, disminuyendo la escorrentía superficial.

Como iniciativa es positiva y favorable, pues donde esto sea posible, es una solución aceptable. Pero bajo mi punto de vista, es una solución parcial, pues será posible donde el entorno sea favorable a esta permeabilidad del terreno, y en episodios tormentosos, solamente evacuará una pequeña parte de la lluvia. Si pretendemos poner en marcha este sistema en una población que se encuentra en terrenos arcillosos, entiendo que fracasará y podría provocar efectos negativos geotécnicos por hinchamiento de las arcillas y disminución de su consistencia. La subida de los niveles freáticos cuando estos están cercanos a la superficie, pueden llevar aparejados ciertos problemas geotécnicos en los entornos urbanos.

Otra alternativa con cierta similitud ya se ha puesto en marcha en varios lugares de las provincias de Alicante y Murcia, donde se va a construir viales nuevos que tendrán sistema separativo de alcantarillado. Las aguas fecales o residuales que terminan en las depuradoras irán bajo tierra por tuberías convencionales, pero las aguas de lluvia discurrirán por superficie. De esta manera, llueva mucho o llueva poco, ya se sabe por dónde irán estas aguas y se estará más preparado para mitigar o reducir considerablemente sus efectos negativos en tormentas. Para que esto sea así, evidentemente, habrá que realizar ciertas modificaciones en el diseño de viales que hacemos habitualmente.

Además, en todas estas nuevas zonas, ya sean urbanizaciones o pueblos, se dispondrá de un área temporal de acumulación de lluvias a modo de estanque de tormentas natural que será zona inundable, donde se laminarán y retendrán esas primeras aguas de lluvia, reduciendo, y a veces eliminando, su fuerza destructiva aguas debajo de su ubicación. Estas zonas inundables estarán en zonas verdes o parques urbanos “permeables al subsuelo” generalmente limitando con el borde del casco urbano, y recogerán las aguas que vengan por superficie.

Con posterioridad, esa agua retenida en el estanque “área temporal de acumulación de lluvias”, una vez laminada y reposada, se podrá usar gran parte para el riego de zonas verdes y baldeo de calles, ya que queda otra parte que tendrá un porcentaje de lodos y sólidos en suspensión no aprovechable. Normalmente, los sólidos en suspensión de cierto tamaño se retienen en unos mecanismos preparados para ello, que se limpiaran una vez terminado el episodio tormentoso. La medida es interesante y produce un doble efecto positivo: reduce y/o elimina los efectos de la riada, y produce un ahorro de agua de la red municipal importante, como alternativa a la escasez de agua.

En una ciudad como Segovia, con un urbanismo que se ha ido conformando durante siglos desde la época romana hasta nuestros días y, donde el zigzagueado de las calles es habitual en determinadas zonas, a principios del siglo XX existía una vaguada natural que la cruzaba de Levante a Poniente con el nombre de Arroyo Clamores.

Este arroyo era por definición, el desagüe natural de toda la ciudad y de los terrenos aguas arriba del Barrio de San José, y en el siglo pasado se tapó y entubo mediante una galería en todo su trazado, desde el lago Alonso hasta los pies del Alcázar. Posiblemente, el colector o galería del Clamores sea la infraestructura más importante del casco urbano la ciudad de Segovia, (con el permiso del Acueducto), pues debido a sus grandes dimensiones, permite evacuar las aguas residuales y las aguas de lluvia de gran parte de la ciudad, debido a que Segovia tiene en la actualidad sistema unitario de saneamiento, donde las aguas residuales y de lluvia discurren por las mismas tuberías.

Que el colector del Clamores funcione bien, evita muchos problemas en periodos de lluvias a la ciudad de Segovia, pues por sus grandes dimensiones, es capaz de evacuar gran cantidad de agua a través de su galería. Por ello, es fundamental su buen estado y mantenimiento periódico. Hay que empezar a pensar que con el cambio climático y las modificaciones de los grandes caudales de agua de lluvia que recibimos, en muchos lugares de Segovia y de otras ciudades y localidades, los sumideros, imbornales y los colectores municipales convencionales, no serán suficientes para evacuar el agua caída y parte de ella discurra por superficie.

Como se comentaba anteriormente, en algunas regiones de España, ya se están diseñando nuevos sistemas de evacuación y retención de aguas de lluvia, y nuevos diseños urbanísticos en los viales e infraestructuras de las ciudades.

En el congreso internacional EU Water Innovation de 2019 en Zaragoza, donde Asiama colaboró con la Escuela Politécnica de La Almunia (Universidad de Zaragoza), se expusieron algunas investigaciones llevada a cabo por alumnos de esta universidad, para empezar a diseñar edificios permeables que no evacuaban las aguas de lluvia que recibían a la red de alcantarillado municipal, y las almacenaban y reciclaban para su uso posterior en el propio edificio y zona verdes comunes. También se vieron los inicios de las ciudades permeables o viales permeables, que fueron objeto de gran debate.

En cualquier sociedad moderna, la investigación y desarrollo de nuevos retos, nuevas técnicas, nuevos diseños, es fundamental para evolucionar y avanzar en un mundo cambiante. Por ello, el apoyo institucional a los científicos en igual de importante, pues para conseguir un mundo mejor y más sostenible, debemos todos aunar esfuerzos en la misma dirección. Construyamos aqueductos para una sociedad mejor.


* ASIAMA.