Tino de la Torre – Fenómeno ‘ocupa’

Felizmente ha llegado algo así como el Movimiento ‘Ocupa’ y me van a permitir que escribir Ocupa con comillas porque ha llegado un momento que lo extraño es escribir la palabra de forma correcta.

Este movimiento, por llamarlo de alguna manera, es simplemente la reacción ya airada de los ciudadanos (vulgo, cabreo) ante la injusticia de que se produzca un allanamiento de su hogar y que se encuentren indefensos a la hora de poder recuperarla. El tema ha cogido dimensiones: aproximadamente 100,000 viviendas en España las habitan personas que no son sus dueños, mercan con ellas y sus dueños no tienen forma de sacar a los que las habitan ilegalmente en un breve plazo. Es posible que algún lector de este periódico padezca ese problema y su correspondiente indefensión. El tema de este allanamiento de morada es antiguo pero, poco a poco, y con diferentes victorias para unos (los okupas) y derrotas para los otros (contribuyentes en general) el volumen del problema es tal que parece que algo empezó a moverse ya que nuestra clase política entiende que debe moverse para que no vaya en su contra en próximas elecciones.

Para entender el fenómeno hay que analizar esas victorias y derrotas. La primera de las victorias, astuta verdaderamente, fue la de la comunicación. La habilidad de expertos en redes sociales a la hora de hablar del problema de vivienda, el aireamiento en ciertos medios de estos grupos que valientemente desafiaban el orden establecido, así como el derecho a la vivienda (aunque la vivienda sea de otro), el quasi heroísmo con el que se han venteado las okupaciones, especialmente si se trataba de inmuebles pertenecientes a bancos, la lucha con la policía y comisiones judiciales para evitar los lanzamientos ordenados por un juez, etc.

Y así se ha ido acostumbrando el oído, se va aleccionando al personal y al final se aligera el lenguaje, se quita dramatismo al concepto y se aleja la idea de delito hasta que se impone lo de Movimiento o Fenómeno “Okupa” que suena casi novelesco. Si se expresara en términos reales de “Usurpación ilegal de vivienda que tiene unas consecuencias legales para el / los que tomen parte” ya no suena la cosa tan seductora. Y es un poco menos apetecible apropiarte de lo que no es tuyo.

Por otro lado, y también hay que decirlo, mientras los pisos eran “de bancos” parece que estaba menos mal. Una vez más Robin Hood que robaba a los ricos para dárselo a los pobres. Y si al final el piso no era de banco sino el alquiler de unas personas que con esa renta completan una exigua pensión, pues qué le vamos a hacer… Pero la cosa no es así.

Mucha gente ya conoce que detrás de esta realidad existen mafias de mayor o menor calado, dependiendo de las zonas, que son las que “ojean” piso y por un precio módico “lo venden” a otros. Se complica la cosa y en cuanto llevan un periodo breve que puedan acreditar que habitan la vivienda ya es muy laborioso recuperar la posesión de la vivienda.

Y derrota, para los contribuyentes en este caso, la lentitud de la justicia, una vez más. Lo que ha dado, nuevamente más alas a los que buscan un acomodo ‘por la cara’. Empezó como fenómeno urbano y limitado pero ya no es limitado sino que es un verdadero problema en ciertos barrios de las ciudades grandes, pero lo realmente preocupante es que se está abriendo a otras ciudades y pueblos que no conocían o apenas el fenómeno. Segovia, sin ir más lejos. Y crecerá si sigue esta sensación de impunidad.

Ahora bien, tarde, pero se empiezan a ver movimientos. La fiscal general del estado ha comentado que dictará una instrucción sobre el “fenómeno delictivo” de la ‘okupación’. Importante también el decreto del Fiscal Jefe Provincial de Valencia sobre la ocupación ilegal de viviendas, que señala que “si la ocupación afecta a la morada de alguien se estará ante un delito de allanamiento de morada y no ante una usurpación”.

Y por último, y como reacción ciudadana se conoce la creación reciente de la Asociación de Afectados por la Okupación (AAO) que no solo busca la recuperación de la vivienda sino la reparación del daño causado. Esperemos que pueda actuar como lobby para poner presión.

Uno, ya a su edad, tiene tendencia a pensar bien de “casi” todo, pero sabemos que los grandes partidos tiene elementos para profundizar en el estudio de los movimientos populares, esos que siempre desean dominar. Y lo mismo han reparado en que se está preparando un verdadero levantamiento (con repercusión negativa asegurada en votos) contra esta injusticia y contra su inacción. Y miran estos partidos en derredor donde se encuentra el mayor rédito en votos y las cuentas lo mismo ya no salen. De todos modos, el ciudadano español sabe desde antiguo (y si no echemos un vistazo a nuestra literatura) que los avances se han conseguido con levantamientos de una plebe harta.

En pleno siglo XXI con un numero incontable de políticos a todos los niveles, con toda clase de observatorios para cualquier cosa imaginable, asesores, etc, no somos capaces de otorgar poder a un agente del orden para echar a alguien que dando una patada a una puerta entra en una vivienda y se apodera de ella por un tiempo casi ilimitado.

Si el estado y los ciudadanos piensa y pensamos, como así es, que un país como el nuestro puede y debe dar cobertura a los desfavorecidos que lo haga. Para eso también pagamos impuestos, pero no puede disponer de la propiedad privada de los ciudadanos. Y que hasta que no haya un clamor popular no se empiecen a dar tímidos pasos dice poco de toda nuestra administración pública. También dice poco de esa administración pública que haya comenzado a existir una iniciativa privada que ofrezca ‘soluciones’ al problema. Hay que moverse. Y ya.