Miguel Ángel Herrero – Dudas razonables sobre el CIDE

Recordarán los amables lectores que hace un mes la alcaldesa anunciaba el aterrizaje de la empresa Indra, en el llamado Centro de Innovación y Desarrollo Empresarial (CIDE). Ahora, vuelve a sorprendernos con un aterrizaje múltiple formado por una flota de ocho empresas, que dicen querer instalarse también en ese edificio (¿Habrá espacio suficiente para tanto emprendedor?). Es bien sabido, que desde hace años el edificio está sin terminar y esperando, impaciente, que el Ayuntamiento le dé una función útil. Si fuera así supondría un consuelo no pequeño para la angustiosa situación política del equipo de gobierno. Pero, ante el improvisado desembarco empresarial, es comprensible que haya surgido la duda. Y, dada la conocida opacidad municipal y sus incumplimientos (Cervantes, aparcamientos, etc.), es lógico que la oposición se muestre recelosa. Incluso, hay quien lo interpreta como un chantaje. Un truco más, en vísperas de la sesión plenaria del día 28 de diciembre, en la que se pretende aprobar los presupuestos de 2019. Por su parte la alcaldesa, irritada, acusa a los partidos de la oposición de tener una visión “cerrada” y les invita a denunciarlo en el juzgado (lo de siempre). Una actitud emocional que refleja inseguridad y confunde política y legalidad. Un “gran” empresario, cuyo nombre no se ha desvelado, se queja por “la miopía que hay en esta ciudad”. Quizá, el anónimo “gran” empresario no sepa la vieja y triste historia del CAT (un tocomocho institucional); o quizá, desde su pretendida sabiduría nos trata de necios. La verdad, es que la situación y las circunstancias de entonces y las de ahora son parecidas.

Era el año 2006, cercanas las elecciones municipales, cuando el polémico candidato (y mediocre alcalde) del partido socialista prometió un gran proyecto para Segovia: el llamado Círculo de las Artes y la Tecnología (CAT). Hubo visita del entonces ministro socialista José Montilla (hoy, metido a independentista). Al cabo de más de tres legislaturas, el resultado se resume en un gran despilfarro, que superan los 25 millones de euros y un edificio aún en construcción; sin olvidar los inacabables pleitos heredados (gran afición del ex alcalde) que merman los sucesivos presupuestos.

Ahora, en 2018, en lugar de la visita de un ministro, tenemos la de un Secretario general de Industria, junto con el ex concejal Bayón. Las circunstancias son muy parecidas. En realidad, el proyecto actual -prometido de palabra-, de realizarse, vendría a ser un modo de saldar en parte una vieja deuda contraída con Segovia. Entonces, como ahora, la promesa lleva marca socialista. Así que, los partidos de la oposición y los ciudadanos en general tienen todo el derecho a cerciorarse de la autenticidad de este proyecto. Es lógico que nos preguntemos sobre la solvencia de esta operación de desembarco en el CIDE. La gente se pregunta cómo, a pesar de las gestiones realizadas durante varios años (aseguran la alcaldesa y el ex concejal Bayón), no ha cuajado ningún contrato, y ahora de repente surgen ocho presuntos interesados en el negocio. ¿No es extraño que se pongan de acuerdo para desembarcar al mismo tiempo? ¿Existe algún tipo de concierto entre ellos, o quizá, con el ministerio de Industria? ¿Por qué el apoyo institucional? ¿Seguirán manteniendo su decisión actual los ocho empresarios?

Parecen estar muy seguros de la finalización del edificio en la fecha prevista, cuando está pendiente de aprobarse el presupuesto de unos 3 millones de euros procedentes de las exiguas arcas municipales. Además, obsérvese que la finalización anunciada será precisamente después de las elecciones de mayo. ¿Cómo no va a ser motivo de sospecha el que no se mencione nada sobre contratos, ni acuerdos firmados o públicos compromisos por escrito? ¿No es práctica habitual de las empresas solventes cerciorarse de las posibilidades reales y de estudiar bien sus inversiones? ¿Cuál será el panorama después del 26 de mayo? ¿Seguirá manteniéndose el apoyo institucional, cualquiera que sea el resultado de las elecciones?

Sin querer afirmar ni negar nada, comprenderán los componentes de esta maniobra de desembarco masivo en el Cide, que la impresión general que dan es que vienen a lanzar un salvavidas para mantener a flote al actual gobierno municipal. Por un lado, a la oposición le piden un cheque en blanco para que vote a favor del presupuesto municipal, en la próxima sesión plenaria del 28 de diciembre (una fecha muy sugerente, por cierto). Y por otro, la alcaldesa trata de vender a los electores, contribuyentes y segovianos todos, una especie de versión actualizada del proyecto fallido del CAT; por si alguien lo compra…, allá por el mes de mayo de 2019. Un año que, junto a una feliz Navidad, les deseo venturoso.