La Granja tantea ser la solución a los colapsos en Navacerrada

Miguel Velasco

Siempre es bueno que el ciudadano a la hora de ejercitar su trabajo o la civilización de su ocio encuentre las mayores facilidades y el mayor número de servicios posibles. En ese sentido la iniciativa del Ayuntamiento de La Granja para poner en marcha muy próximamente —decía el alcalde— un servicio de transporte que una el Real sitio con el puerto Navacerrada-Cotos (además —o en contra—, según se mire) con paradas en Valsain, Los Asientos, Boca del Asno, Puente de los Mosquitos,puerto Navacerrada y Cotos (y su retorno, con horarios a determinar), viene a ser una opción más a disposición de la ciudadanía y, al mismo tiempo, un tanteo para paliar la caótica situación circulatoria que todos los años, durante la temporada invernal, se originan en el Puerto de Navacerrada hasta el punto de que —en más de una ocasión— la Guardia Civil de Tráfico ha optado por el cierre del tránsito circulatorio por aquel punto. Eso, claro, suponía un reprochable perjuicio para los esquiadores que acudían a esta entrañable estación para la práctica de su deporte favorito. Al tiempo, suponía una evidente discriminación y perjuicio para la hostelería, sobre todo, de La Granja y Segovia al no tener los automovilistas que suelen usar esa carretera posibilidad de llegar hasta esas localidades, lo que hacía perder un buen número de turistas cuyo propósito en muchos casos no era estacionar en Navacerrada (puesto que a lo mejor no era su propósito quedarse allí a esquiar) sino seguir por el puerto abajo hacia otros destinos. Es un corte aleatorio de una carretera nacional de gran circulación. Pero es que esa situación se sigue reproduciendo cada año (al menos veinte o más desde que yo frecuento la estación) sin que se haya puesto remedio pese a que los responsables del caos: Ayuntamientos, Diputaciones, Comunidades Autónomas, Delegaciones del Gobierno. Jefatura de Tráfico, Guardia Civil, etc. se justifican cada año —siempre cuando la temporada de nieve está encima— que para el siguiente estará solucionado, sin que eso se vea por ningún lado a pesar de disponer de un año para alumbrar alguna idea y poner en marcha la solución.

Si se “tira” de la “Crónica de Segovia-Década de los 90” se comprobará que en el año 2.007 ya se hablaba de hacer de La Granja el área de base del complejo de Navacerrada-Cotos (para el lanzamiento de esquiadores y civilización del ocio del personal menos deportista), mediante un teleférico apropiado como existen en toda Europa. Se hizo un escarceo en La Granja fletando autobuses lanzadera hasta el puerto y retorno, con unos horarios suficientes, pero la idea no prosperó. Tambien se habló hace años de que la solución de ese caos circulatorio estuviera no en “cerrar” el tráfico por el Puerto Navacerrada, sino en dejar expedito el tránsito por ese punto hacia otros destinos, sin posibilidad de estacionar en el parque del puwero en sí, si éste se encontraba ya colapsado. Pero nunca cerrar esa carretera nacional y los derechos ciudadanos a circularla. La cuestión era —anunciándolo mediante los oportunos paneles informativos e indicaciones de la Guardia Civil de Tráfico— desviar al tráfico desde Cercedilla hacia el túnel para tomar la carretera de Robledo-Puente del Eresma en El Pontón-La Granja. Y desde allí “lanzaderas de esquiadores” mediante autobuses de descarga y carga de viajeros hacia el retorno: o funiculares más específicos. Todos tan contentos.

En ese sentido tengo que reconocer que la idea del Ayuntamiento de La Granja ahora (reproducción de aquella del 2007) no deja de tener cierto interés, pero hemos de reconocer que siendo positiva por lo que tiene de servicio al ciudadano es presumiblemente difícil que pueda constituir una alternativa o solución determinante a esos colapsos circulatorios del Puerto. Que es una alternativa para el recreo y el ocio, sí. Pero que tienen que buscar una solución más operativa y contundente, también. Hombre, pienso que han tenido desde entonces tiempo más que suficiente para ello. Pero es bien sabido que cuando se alivian los problemas, su solución entra en vía muerta (y esto es un buen ejemplo) y las aplicaciones quedan distendidas hasta que les vuelve a coger el toro al año siguiente. Y no espabilan.

Por tanto, un aplauso al Ayuntamiento de La Granja (si llegara a cristalizar la idea) por permitirnos dejar nuestro coche a su cuidado allí y poder disfrutar de la nieve y del ocio que tanto necesitamos. Pero su alcalde, José Luis Vázquez, sabe ,como yo , que esa no es la solución al conflicto. Eso al margen de otros de tipo jurisdiccional y de competencias más árduos que tendrá igualmente que resolver. Bueno, pero algo es algo.