Julia Navarro – No es no o acaso sí

Pedro Sánchez ha dejado dicho en Zaragoza que “No es no a un referéndum de autodeterminación en Cataluña”.

Bienvenida sea la afirmación-negación del presidente aunque más allá de sus palabras la cuestión de fondo es su veracidad. ¿Nos creemos a Sánchez o no nos lo creemos? ¿Podemos estar seguros que con tal de quedarse en la Moncloa no terminará llegando a acuerdos con el independentismo catalán que supongan concesiones inasumibles para una inmensa mayoría de ciudadanos?

En mi opinión ahora mismo el único flanco débil de Pedro Sánchez es ese el de la credibilidad.

El programa de gobierno que el PSOE presenta en estas elecciones es un programa socialdemócrata dirigido a paliar los problemas de los sectores con más dificultades de nuestra sociedad. Así que desde el punto de vista programático poco se puede reprochar al líder socialista, pero el punto negro, el quid de la discordia está en hasta donde será capaz de llegar a la hora de negociar con el independentismo catalán.

A muchos ciudadanos les puso los pelos de punta, y con razón, que el Gobierno hubiera aceptado constituir una mesa de negociación con los independentistas con la figura de un “relator” incluido que diera fe de la negociación y acuerdos entre ambas partes. Como a también muchos, muchísimos ciudadanos les ha alertado el que destacados dirigentes socialistas se hayan decantado por un “indulto” a los responsables del “proces” que están siendo juzgados en el Tribunal Supremo y que por ahora no han sido condenados.

Pedro Sánchez es presidente de Gobierno gracias a los votos de los independentistas y no hace falta ser un genio para saber que en política no hay nada gratis. Por tanto no es baladí el temor de quienes aún aprobando el programa electoral del PSOE sienten un resquemor en entregar su voto a este partido por si acaso Sánchez termina haciendo con estos votos más de los que los votantes quieren.

La realidad es que Pedro Sánchez viene haciendo una campaña de perfil bajo. Hace bien. Sus rivales de tanto hablar no dejan de meter la pata. Pero además Sánchez procura en cada una de sus intervenciones en dar alguna que otra patada en la espinilla a los independentistas, suaves, eso sí, pero obligado por esa desconfianza que sabe impera en el animo de muchos votantes progresistas.

“No es no”, ha dejado dicho Pedro Sánchez en Zaragoza. Veremos.