Hilario Lázaro Centeno – El comercio segoviano sobremuere

Mi nombre es Hilario Lázaro, soy el responsable de una pequeña tienda de electrodomésticos en Segovia, y llevo algo más de 30 años trabajando en el comercio, esto es un artículo de opinión sobre el estado del comercio en general y muy particularmente en Segovia, una opinión tal vez parcial, pero no por ello deja de ser una realidad.

El continuo goteo de cierres en comercios tradicionales así como su bajada de ventas es un hecho incuestionable, unos lo achacan a internet, otros a las grandes superficies, a los “chinos” , a la cercanía a Madrid y Valladolid, otros a las aperturas en festivos, algunos a los hábitos cambiantes de consumo, etc. etc., pero lo que es evidente es que todos estos problemas metidos en una coctelera tal vez den el resultado de lo que hoy en día estamos viviendo.

Por un lado internet tal vez sea el que está rematando al comercio, pero en este caso no solo al pequeño, sino también a los grandes, gigantes como Amazon, Aliexpress, etc. etc. están creciendo exponencialmente, estas gigantes empresas realizan una competencia totalmente desleal, gozando de privilegios financieros, sociales y políticos, y contra esto el comercio no puede luchar, básicamente porque en esta partida no todos jugamos con las mismas cartas, es una guerra en la que el comercio tradicional lucha con flechas y el resto con metralletas. En este aspecto el consumidor juega también un papel importante, sobre todo el consumidor joven, que se van acostumbrando cada vez más a dar al botón de comprar sin sopesar lo que eso conlleva, y sin importarles con lo que “trafican” estas empresas, todos los datos que proporcionamos a la hora de realizar una búsqueda o una compra, se ponen en valor en el mercado, que una empresa sepa qué compras, cuándo te gusta comprar, el qué, para qué, cómo lo pagas, a qué te dedicas, tus gustos, etc. etc. son datos de incalculable valor, a los que el consumidor no da el valor que tienen.

Internet nunca te va a proporcionar algo fundamental en tu compra, tres elementos que juntos solo el comercio tradicional puede facilitar: ver, tocar y sentir. Pero claro, ahora vemos cómo algunos consumidores optan por el llamado showrooming lo que significa, utilizar al comercio para ver y probar un producto para luego terminar comprándolo por internet. El problema del comercio con empresas como Amazon, es muy parecido al problema de los taxistas con los Uber y Cabify y otras empresas con famosas app.

Con el crecimiento exponencial de la venta online, está comenzado a producirse en algunas ocasiones algo irracional, comprar por internet más caro que en tiendas físicas, aunque son pocas veces lo que esto ocurre, es algo que irá creciendo, a medida que se va matando al comercio tradicional y van cambiando los hábitos de consumo.

Por último sería bueno que analizáramos lo que aporta la venta online y el comercio a nuestro barrio, pueblo o ciudad. La venta on-line no aporta nada, más trabajo precario para los transportistas que tienen que asumir tarifas que a veces no cubren ni el gasto. En cuanto a puestos de trabajo, la venta online proporciona poco y malo, gigantes como Amazon producen muy poco empleo, un puñado de trabajadores bien pagados, con un trabajo “guay” ese que enseñan en algunos reportajes, y el resto se puede definir como un pelotón de esclavos del siglo XXI, trabajo precario que no contribuye a nada positivo en nuestras ciudades. Por el contrario, el comercio tradicional aporta mucho, por un lado algo difícilmente valorable: “vida”, vida a nuestras calles, a nuestros barrios, pueblos y ciudades, pero además contribuye con sus impuesto al mantenimiento de nuestras calles, generador de empleo estable y motor económico de nuestras ciudades, eso es incuestionable.

En Segovia, a este problema común que todo comercio soporta, tenemos que sumar otros factores que a mi parecer dan título a este artículo “El Comercio Segoviano Sobremuere”, y comenzamos analizando la cercanía a Madrid y Valladolid a sus centros y zonas comerciales donde muchos segovianos acuden con más o menos asiduidad y donde dejamos esos euros que restamos al comercio segoviano, pero esto es algo con lo que llevamos conviviendo décadas y contra lo que resulta difícil luchar, es algo asumido por todos.

La proliferación de los “híper chinos” es otro problema añadido, ya hay seis grandes híper chinos y alguno más en camino, y me pregunto ¿hay para tanto?, yo creo que no, pero ahí están. Qué decir de estos comercios, donde el frío en invierno y el calor en verano se hacen insoportables, donde probablemente si acudieran inspectores de consumo lo tendrían que hacer con un tráiler para retirar todos esos productos que no cumplen las normas comunitarias. El empleo que generan es mínimo y de escasa calidad, en definitiva todos conocemos lo que es “un chino”.

Los horarios y aperturas en festivos es otro problema con el que el pequeño comercio no puede luchar, y aunque hay estudios (pagados probablemente por las grandes empresas) que afirman que eso genera empleo y aumenta el consumo, es algo que hay que poner muy en duda. Las grandes superficies ya abren 78 horas de lunes a sábado, ¿no es esto suficiente?, pues parece que no, ya que además abren los domingos y algunos festivos, en la mayor parte de los países europeos es inimaginable abrir en domingos o festivos, y desde luego las horas de cierre nada tienen que ver con lo que aquí vivimos.

En Segovia, vemos cómo zonas como la Calle Real no es ni la sombra de lo que algún día fue, problemas como el tema de carga y descarga, no ayuda precisamente a su mejoría. En José Zorrilla el otro eje comercial de la ciudad, más de dos años con el parking cerrado tampoco ha ayudado mucho, las instituciones públicas miran hacia otro lado, su única solución es pintar bordillos azules, como si eso fuera una solución, o intentar poner más grandes superficies en la ciudad sin tener en cuenta que eso ya no se lleva y que no tenemos población para más. A todo esto habría que sumar el problema de los locales comerciales, ya que algunos propietarios piensan que tienen la gallina de los huevos de oro, y no se dan cuenta que en realidad están matando a esa gallina.

Siendo también un poco autocríticos, si bien el comercio ha ido evolucionando y nada tiene que ver con el de hace 20 años, aún queda algún dinosaurio por ahí, anquilosado en el pasado, pero son los menos.

Con este artículo lo que pretendo es una llamada a la reflexión, muy especialmente a los más jóvenes, esos que son los que más sufren el paro y la precariedad laboral, que de manera consciente o inconsciente contribuyen a hacer poco a poco desaparecer al comercio tradicional. Estos hábitos crecientes de consumo contribuyen fundamentalmente a que los creadores de empresas como Amazon, Facebook, Google etc. figuren entre los más ricos del mundo aportando poco a la sociedad. El comercio aporta mucho a nuestro barrio o ciudad, más de lo que nos imaginamos, no es el comercio tradicional el que te lleva a consumos compulsivos, a usar y tirar, a eso que las grandes compañías te empujan, el comercio tradicional aporta economía de proximidad, tan necesaria en ciudades como la nuestra, aporta personalidad, profesionalidad, cercanía…y así un largo etcétera de adjetivos positivos y valores que poco a poco se van perdiendo por la impersonalidad de internet, aporta sobre todo algo fundamental, el comercio DA VIDA A NUESTRAS CALLES, algo fácil de comprobar, solo hay que pasar por alguna calle segoviana donde los “Se alquila, se vede” o los papeles en escaparates de locales cerrados hacen presagiar que alguna de esas calle está ya sentenciada a muerte.