A pesar de los últimos errores del rey Don Juan Carlos, pasará a los libros de historia como uno de los grandes monarcas que ha tenido España. Con él se cerró, hasta su traspaso del cetro a su hijo, Felipe VI, en junio de 2014, el periodo más fructífero de la monarquía constitucional en España. Fue, sin duda, el líder de una generación de españoles que acabaron con nuestro fatalismo histórico para equipararnos con los países de nuestro entorno occidental. Ha sido con diferencia el mejor embajador que ha tenido España en las últimas décadas. Su aportación es sinónimo de libertad, prosperidad económica y bienestar social de los españoles. Su actuación fue básica para que la democracia se asentara definitivamente en España.
Sobre las acusaciones emitidas estos días sobre la posible comisión ilegal que recibió, veamos algunas consideraciones:
La fuente de la acusación son las publicaciones periodísticas de unas conversaciones entre una prostituta de lujo y un policía corrupto, ambos imputados en varios procesos legales por, entre otras cosas, chantaje.
Las comisiones, en cualquier negocio, las da el vendedor por recibirlo, no el comprador, como es el caso de Arabia Saudita. Y guste o no guste, en caso de que hubiera recibido una donación de Arabia Saudita en 2008 no puede ser delito porque en 2007 era inviolable penalmente. Además para cualquier persona hubiera prescrito a los cinco años. Además el Rey no tenía capacidad decisoria sobre la otorgación del contrato luego no existe cohecho ni propio ni impropio.
En su caso, debería haber tributado en España al mes de recibirla. Si no lo hizo, la infracción administrativa está prescrita desde 2012 y tampoco hubo delito porque legalmente no tenía responsabilidad penal. La donación a Corina Larsen no tiene obligación para él de tributar, pues quien paga impuestos es quien recibe.
Tampoco hay delito de blanqueo. Al no haber delito previo no se le puede imputar nada en este sentido. Jurídicamente es así. Ahora se está investigando lo sucedido a partir de 2015.
No obstante todo lo anterior, muchos medios de comunicación apoyados, como se ve en otras respuestas, por abundantes opinantes en las redes, dan por culpable a Don Juan Carlos sin contemplar la presunción de inocencia. Cierto que los españoles tenemos derecho a saber la verdad, pero eso no quita que los partidos antimonárquicos están haciendo leña del árbol caído.
Esta actuación viene de lejos, recordemos cuando, cuánto y cómo se le atacó por la caza del elefante. Puede que el momento no fuera el más oportuno para ir de caza, pero el acto, nos guste o no, no es ilegal. En Bostwana por 8.000 dólares se puede matar su elefante. Había en su día que descastar miles de elefantes porque estaban devorando la selva, dejando sin alimento a jirafas, cebras y demás herbívoros.
Este conjunto de opiniones, según muchos analistas, está fundado en unos intereses políticos claros que intentan derrocar la monarquía y que, ante la incapacidad de hacerlo legalmente por la vía de las urnas quieren causar un desgaste en las instituciones (la monarquía es el primer paso) para así conseguir sus fines espurios.
Todo ello sin perjuicio de la consideración moral que nos merezca la supuesta ocultación de unos ingresos, la torpeza de determinadas actuaciones y la relación extra conyugal.
Su vida privada, como su nombre indica es personal, aunque me apena profundamente lo vivido por la reina Sofía, con la que he tenido el honor de coincidir en diferentes actos. Siempre me ha parecido una gran reina y una gran señora, que se ha ganado el cariño y el respeto de todos los españoles. La única mujer en el mundo hija y nieta de rey, hermana de rey, esposa de rey y madre de rey.
Como indican algunas fuentes fiables, Don Juan Carlos regresará a España mucho antes de lo que pensamos y se defenderá de muchas de las calumnias orquestadas por una campaña contra él para dañar a la Corona.
La persecución a Juan Carlos I se inició cuando se plantó contra los que tenían el plan para acabar con la Unidad nacional a través del process, y eso no se lo perdonaron. Ahí empezó su captura hasta obligarle a abdicar. Ahora el objetivo es Felipe VI, que el 1 de octubre dijo hasta aquí hemos llegado y la respuesta fue una manifestación de un millón de personas con banderas españolas en el centro de Barcelona. Felipe VI es un valladar contra los que quieren destruir la unidad nacional. Y los que estamos con él somos más, mejores y tenemos la ley de nuestro lado. Así que ganaremos.