Vacunas ante la crisis

    Las cifras son tan significativas que hablan por sí solas del efecto que ha tenido la crisis en una parte de la hostelería segoviana. En febrero, y en comparación con el mismo mes del año anterior, se ha registrado solo un 8% de la ocupación en alojamientos hosteleros. Muy por debajo de la media nacional. La reducción de plantilla ha afectado al 70% de los trabajadores. El incremento de la estancia media —3,14 días, el mejor de la serie histórica— indica que al bajar considerablemente las pernoctaciones turísticas —en Segovia siempre con escasos días de residencia— los cómputos se han realizado con otro tipo de estancias, fundamentalmente de carácter profesional.

    Todavía se sigue recordando aquel plan milmillonario destinado específicamente al turismo que el Gobierno anunció el pasado verano, y que duerme el sueño de los justos. En cambio, escandaliza el rescate a la aerolínea Plus Ultra, con escasa flota y poca actividad como para ser calificada estratégica, así como los fondos destinados por la SEPI a Duro Felguera, otra de las empresas que no se quita el sambenito de favorecida por cuestiones meramente políticas.

    La Organización Mundial de la Salud ha sacado los colores a los responsables europeos por el ritmo “inaceptablemente lento” que lleva la inmunización

    Los fondos que la Unión Europea ha destinado para paliar la crisis económica tienen que poseer un exhaustivo control para evitar situaciones injustas y desproporcionadas. Ayudarán a paliar parte de la catástrofe económica, pero la mejor solución de todas las posibles es la reanudación de la actividad más pronto que tarde. Y ello depende exclusivamente del éxito en la vacunación. La Organización Mundial de la Salud ha sacado los colores a los responsables europeos por el ritmo “inaceptablemente lento” que lleva la inmunización. La torpeza en la negociación de la compra de vacunas ha venido a dar la razón a quienes critican el excesivo peso burocrático existente en Bruselas. Ello se ha unido a la actuación poco clara de la anglosueca AstraZeneca, más propia de los piratas ingleses del siglo XVI John Hawkins y Francis Drake, dignificados por la reina de Inglaterra, que de una empresa sometida a las leyes internacionales del comercio. Tampoco ha ayudado la lentitud de algunas administraciones en la vacunación.

    Es complicado realizar cualquier plan de negocio o previsión de personal con tantos cambios

    Mientras tanto, habrá que seguir con las restricciones. Algunas de ellas entrarán en vigor en Segovia el próximo martes, con el nuevo cierre del interior de bares y restaurantes. Es complicado realizar cualquier plan de negocio o previsión de personal con tantos cambios. Pero el virus parece ir de nuevo al alza. Y mientras no avance la vacunación no hay otra medida que las restricciones. Aunque no gusten. Aunque se observen medidas que no son coherentes ni lógicas. Ya lo denunciamos de la Junta de Castilla y León. Lo hacemos ahora con la norma, recogida en la ley de mascarillas que entró en vigor la semana pasada, según la cual su uso es obligatorio en espacios abiertos, aunque haya suficiente espacio de seguridad. Al Gobierno le cogió desprevenido una enmienda introducida en el Senado por el grupo socialista en marzo pasado. Y ahora no sabe la manera de arreglar una medida absurda. Como defensores del Estado de Derecho, abogamos solo por una: cambiar la ley. Y no por incumplirla. Pero recordamos, y más en estas circunstancias, que la eficacia del Derecho trasciende los medios coactivos. Tiene que ser ejemplificador. Y más cuando llevamos más de un año de restricciones de libertades.