
El ‘caso de Gina Aguiar’ parece que va para largo. La demanda judicial de Luis Aguiar solicitando su declaración como falso autónomo y por lo tanto el reconocimiento de su relación laboral con el Ayuntamiento de Segovia es el penúltimo eslabón de una cadena que parece, como aquellas cintas mágicas que utilizaban los ilusionistas, no tener fin. Los próximos hitos pueden llegar al resolverse la demanda contenciosa administrativa del Partido Popular –la segunda- y la resolución del pleito laboral. Por cierto, que este puede conllevar una sanción al Ayuntamiento si se admite que las prestaciones de Luis Aguiar se realizaban por cuenta propia cuando la relación debería haber sido la propia de una prestación por cuenta ajena. Que después de haber sido reprobada en el pleno por la totalidad de los grupos, salvo por el PSOE, la concejala se permitiera decir que no dimitía “sobre todo, por la ciudad de Segovia” puede parecer un mal chiste si no constituyera un grave error de comunicación por parte de la propia Aguiar y de quien distribuyó el vídeo en el que hacía pública su intención de no dimitir. ¿Cómo se puede arrogar nadie, y menos en estas circunstancias, la defensa de los intereses de Segovia? ¿Cómo se puede sostener ello teniendo a la mayoría del pleno, que son los representantes de la soberanía municipal, en contra?
A la concejalía de Turismo esta situación la envuelve en una permanente inestabilidad, a resultas de las decisiones judiciales. Si el Tribunal Superior de Justicia decidiera volver a condenar al Ayuntamiento por segunda vez es probable que el PP se atreva a dar un paso más allá desde el punto de vista procesal. En todo caso, una concejalía con tanta carga contractual no es conveniente que esté en manos de una persona que cuenta con el rechazo de la mayoría del Pleno por presuntas irregularidades administrativas. Y lo peor es que la alcaldesa, de quien depende en primera y última instancia el gobierno municipal y la distribución de responsabilidades ejecutivas, ha hecho causa común con su concejala, con lo que a partir de ahora también a ella le salpicarán las consecuencias que se deriven de todo este proceso. No parece lo más razonable. Precisamente “por la ciudad de Segovia”.