Lastras te da las gracias, Jesús

Señora directora:

Los vecinos de Lastras de Cuéllar se despiden de su párroco, Jesús Torres Bravo, después de 10 años ejerciendo con generosidad su apostolado: bautizos, bodas, comuniones, eucaristías, entierros, visitas a los enfermos, residencias… Así, en tres pueblos más: Aguilafuente, Aldea Real y Sauquillo de Cabezas, como tantos sacerdotes en nuestra España vaciada.

Casi siempre con el mismo talante y la misma actitud: cercano, abierto a todos pues, como él suele decir: “el pueblo es parroquia y la parroquia es comunidad”, en la cual todos podemos aportar desde la unidad.

Aunque la realidad es que las Iglesias están más vacías, él nunca se ha rendido y ha sabido implicar e implicarse con todos, participando de las tradiciones y costumbres de sus parroquias, haciendo Iglesia también en la calle.

Ha mantenido su espíritu misionero en nuestros pueblos. Hemos visto en él una persona desprendida al servicio de los demás, principalmente de las personas mayores y de los enfermos.

Tanto ir y venir trajo sus consecuencias. Lo que parecía una lumbalgia resultó ser mucho más grave. Hubo un tiempo muy difícil, pero una vez más superó la prueba, dice él que con el ánimo y las oraciones de sus feligreses.

El 11 de julio nos citó a diferentes representantes de nuestros pueblos en Aguilafuente para comunicarnos una noticia importante, sin más. Quería que supiéramos de su boca, antes que por los medios de comunicación, que le iban a cesar como párroco, a pesar de su firme voluntad de continuar y del apoyo, para que así lo hiciera, de su médico y psicólogo. Enseguida entendimos que también necesitaba el nuestro. Constituimos una comisión para tomar la primera iniciativa: solicitar una entrevista con el Sr. Obispo el 12 de Julio.

A pesar del paso del tiempo y de la nueva reestructuración de la Diócesis, teníamos confianza en ser recibidos, más aún con el respaldo de las firmas de cientos de personas, practicantes y no practicantes, en la carta que enviamos al Obispado el 19 de Julio.

Mantuvimos la fe y la esperanza en que nos recibiría gracias a la Liturgia de la Palabra que, cada domingo de Julio, ponía luz en este proceso, pero el 3 de Agosto, nos comunican de la secretaría que en estos momentos ya no nos puede recibir.

Estamos resignados, pero no aceptamos el silencio. Y perdonamos, aunque estamos decepcionados porque hemos perdido la oportunidad de alegrarnos por haber sido recibidos y, quizá también, de sentirnos correspondidos en nuestras peticiones.

El pueblo de Lastras de Cuéllar te desea, Jesús, mucha suerte en tu nueva tarea. Que sigas transmitiendo con la misma energía tu fe en Cristo Resucitado. Gracias y hasta siempre.

Helena García García