Las lanzaderas hundirían el transporte público

Señora directora:

No entiendo nada. Leo que el Ayuntamiento pretende implantar el uso de lanzaderas para el recinto amurallado, con transbordo en la Plaza de la Artillería, con el fin de disminuir las emisiones de gases. Precisamente, la forma más eficaz de disminuir la contaminación es fomentar el uso del transporte público. Pero a alguna lumbrera se le ha ocurrido que no, que es mejor ponerle trabas. ¿Quién va a querer coger un autobús urbano con un trayecto que, en general, no pasa de los 15 minutos, teniendo que hacer un transbordo, sobre todo si llueve, si se lleva mucho peso o si se tiene cierta edad, cuando además esto significa un empeoramiento respecto a lo que ya tenemos?

No sé a quién se le ha ocurrido. Lo que sí sé es que es imposible que esa persona viaje en transporte público, o que tenga dos dedos de frente. Una de las dos cosas, o probablemente las dos.

Al parecer, se pretende que el centro de la ciudad sea una Zona de Bajas Emisiones (ZBE). Esto no se consigue limitando el tráfico por esa zona, ya que el humo de los coches no es suficientemente listo como para saber que al llegar a la calle de San Juan se tiene que dar media vuelta. Esto se consigue reduciendo la contaminación en general en toda la ciudad. Y para eso hay que disminuir el número de coches circulando, lo cual se consigue, a su vez, dando facilidades para que la gente que no usa el transporte público empiece a usarlo y para que quienes ya lo usan no se vean perjudicados.

No se puede negar que el tráfico de coches en Segovia es exagerado para una ciudad de este tamaño. El principal motivo es que mucha gente se ha ido a vivir a municipios cercanos. Unos, porque no pueden pagar un alquiler o comprarse una casa en una Segovia que cada vez tiene los alquileres más caros, debido en gran parte a la proliferación de pisos turísticos y pisos para estudiantes, que dan más dinero del que podría pagar una familia normal. Otros, porque les parece estupendo tener una casa grande con huerta, piscina y barbacoa, y se la pueden permitir. Sea por el motivo que sea, cada familia que se ha ido a uno de estos pueblos tiene un mínimo de dos coches que tienen que usar para todo (para ir a trabajar, para ir a la compra, para llevar a sus hijos al colegio o al instituto y a actividades extraescolares, para recogerlos cuando quedan con sus amigos…).

Pero para solucionar este problema no se puede hacer la vida más difícil a la gente que ya contribuye a que nuestro aire sea más limpio usando el transporte público. Lo que hay que hacer es poner los dichosos aparcamientos disuasorios en las entradas de Segovia para que la gente que vive fuera deje su coche allí, y mejorar la red de transporte urbano aumentando las frecuencias y bajando los precios (algo fácil si se dedican a ello los posibles fondos de ayuda a las ZBE). Tomándose en serio estas mejoras se conseguirá que más gente use el transporte público en vez del coche, que bajen las emisiones, y que toda Segovia, y no sólo el recinto amurallado, sea una Zona de Bajas Emisiones. Y todo ello sin fastidiar a quienes ya usan los autobuses.

Victoria Giménez Fernández