
Señor director:
Me gustaría compartir con sus lectores una experiencia personal reciente a través de las páginas del periódico, si lo estima oportuno.
Hace una semana, en el Registro Civil de Segovia:
• Hola, buenas, vengo a informarme de qué documentación tengo que presentar para solicitar un expediente matrimonial.
• Pues la persona encargada ha salido, y puede tardar, mejor llame a este número de teléfono dentro de un rato.
Un rato después, a la cuarta llamada, me lo cogen:
•Hola, buenas, necesito saber… etc.
• Pues… la persona encargada no viene hasta dentro de una semana, llame el viernes que viene.
• Pero dígame los papeles y los voy preparando, por favor.
• Sólo se los puede decir ella.
• Pero… Estoy hablando con el Registro Civil, ¿no?
• Si, pero ella es la única que puede informarle.
• ¿No tienen por ahí una corchera con la lista de documentos, para informar a la gente cuando esta persona no está?
• No, tiene que hablar con ella.
• Y… dígame, si me informo por otro lado ¿puedo llevárselos el viernes, para adelantar? Tenemos intención de casarnos pronto.
• Uuuuuuuyyyyy… ¡qué dice usted! Hace falta cita previa.
• Vaya, pues deme una cita, por favor.
• Sólo se la puede dar ella.
• Lo suponía. Y ¿para cuándo la está dando?
• En estos momentos, para febrero de 2021.
• ¡Febrero! ¡Hasta febrero no podré iniciar el trámite! Y ¿cuánto viene a tardar luego?
• Unos 8 meses.
• ¿Se drogan ustedes?
• No admito que me falte al respeto, señora.
• La falta de respeto, a toda la ciudadanía, es esto que ustedes están haciendo o, mejor dicho, no haciendo.
Me colgó, claro.
Sagrario López Minganilla