Un vigilante intentó reanimar a una víctima ante la falta de médicos

Uno de los trabajadores de Seguriber, empresa encargada de la vigilancia interior del Madrid Arena, relata en el juicio el “caos” y el “estrés” vividos la noche de la tragedia

Uno de los vigilantes de Seguriber que estuvo en el pabellón del Madrid Arena en la fiesta mortal de Halloween relató durante el juicio que tuvo que practicar en la enfermería un masaje cardiaco a una de las víctimas en el suelo al no haber camillas disponibles y al no ser atendida por el personal médico, que estaba asistiendo a otras personas afectadas.

“La atendí en el suelo al no ver reacción. La situación era de caos y estrés”, aseguró. Así lo relató Cristian Fraile en el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Madrid, a cuyo tribunal explicó que esa noche era la persona encargada de las llaves que abrían las puertas de las dependencias del pabellón.

Fraile fue una de las personas que ayudó a socorrer a las víctimas. Llevó a una de las chicas a la enfermería y evaluó su estado, dado que tiene conocimiento de primeros auxilios. Tras depositarla en una camilla, la tomó el pulso y comprobó el estado de sus pupilas. En ese momento entró alguien y le pidió ayuda para trasladar a otra afectada que se encontraba en el sector C.

“Había una chica tirada en un pasillo entre los monitores de sonido y de luz. Decidimos trasladarla a la enfermería. Nadie tomaba actuación. No reaccionaron con la chica. Al no tomar cartas sobre el asunto le practiqué la reanimación en el suelo al no atenderla. No vi reacción”, recordó el vigilante.

También señaló que la puerta que da acceso al pabellón satélite siempre está abierta de cara al Arena. “La única manera de entrar es por dentro”, indicó el testigo a preguntas del abogado de Seguriber.

Precisamente, la Policía Judicial halló en este pabellón las urnas con las entradas que supuestamente había ocultado Flores y que, según el empresario, habían sido manipuladas. En su declaración, manifestó que la llave de este pabellón solo la tenía Madrid Espacios y Congresos (Madridec).

Además, el vigilante recalcó que el control interior del pabellón lo llevaba el personal de Kontrol 34, un extremo que niegan los miembros de esta empresa. También aseguró que los auxiliares de Kontrol 34 impedían el paso en algunas zonas como los espacios dónde estaban los artistas invitados.

En la sesión también compareció la que fuera durante más de veinte años la secretaria personal de Miguel Ángel Flores, Gema Aznal García, quien respondió con un “lo desconozco” o “no recuerdo” a muchas de las preguntas, especialmente con las relacionadas con la venta de entradas y el control del aforo del recinto. Sobre esta cuestión, solo reconoció que no se tuvo en cuenta el aforo por planta.

Durante su relato, explicó que era habitual que la puerta del portón de carga del pabellón estuviera abierta. No obstante, dijo desconocer si en otros eventos hubo gente que accediera al recinto por este lugar.

“Siempre estaban abiertas, sin bloquear porque eran de emergencia”, señaló la testigo, quien además destacó que la enfermería estaba siempre en el mismo lugar, en contra de lo manifestado por otros empleados de Diviertt.

También insistió en que en todos los eventos de Diviertt era la empresa Seguriber la que llevaba la seguridad interior y no las personas contratadas de Kontrol 34, algo que sospechan las acusaciones particulares. Ante el juez manifestó que esa noche no vio a ningún vigilante de Seguriber en el recinto, pero ayer señaló que sí.

Inquirida sobre si vio Policía esa noche, respondió que no y que en otras ocasiones la presencia policial llegaba a ser hasta excesiva. “Incluso había paisanos dentro que querían hablar con los responsables”, señaló.

A preguntas sobre cómo se enteró de la tragedia, la testigo se emocionó y relató con voz temblorosa que cuando pasó no se creía lo que estaba pasando. “No me dejaron entrar en la enfermería. Me quedé apartada y después empezó a llegar policía y ambulancias. Y empecé a enterarme de lo que pasaba”, concluyó.