Los padres tuvieron que colocar una grabadora en la ropa del niño.
Los padres tuvieron que colocar una grabadora en la ropa del niño. / EFE

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Getafe está investigando a tres trabajadoras del colegio público de Educación Especial Santiago Ramón y Cajal de Getafe por un presunto delito de acoso y trato degradante así como uno de lesiones psicológicas a un escolar de 8 años con un trastorno de autismo.

Fuentes jurídicas detallaron que el juez ya ha llamado a declarar en calidad de investigadas a la tutora del menor, a otra profesora de apoyo y a una auxiliar de enfermería del centro tras la denuncia presentada por los padres el pasado 10 de enero.

Además, ha tomado declaración en calidad de testigos a otras tres personas más, como la directora del centro y la jefa de estudios, y tiene sobre la mesa la solicitud de más testificales que solicitó la defensa, como la de los monitores que cuidaban el patio y el comedor, explicaron.

Comportamiento

Según la denuncia penal, los padres empezaron a notar un “cambio brusco” en el comportamiento de su hijo, que estaba siendo tratado con seguimiento por parte de un médico psiquiatra del Hospital Gregorio Marañón. El niño presentaba crisis de ansiedad y gritaba reiteradamente frases como “no me pinches” o “no me saques fuera”.

Esta ansiedad y los trastornos de conducta, según consta en la denuncia, “no parecía obedecer a una causa cierta” y pese a que, como señalan los padres, comunicaron la situación al colegio, en el cuaderno de comunicación diaria no había nunca referencia a lo vivido por el menor en el aula.

Ante esto y movidos “por la angustia y la profunda preocupación” que tenían, decidieron colocarle un pequeño dispositivo localizador/grabador en su ropa con el fin de detectar quién o qué le estaba causando esos daños, y así lo hicieron durante cuatro días en noviembre. Tras escuchar las grabaciones, comprobaron que los profesores se dirigen a él continuamente “en tono desafiante, amenazador, despectivo, degradante y muchas veces jocoso, que le estaba ocasionando las alteraciones de conducta, al no poder canalizarlas un niño autista de otro modo”.

Risas y amenazas

En dichas grabaciones, se escucha a una trabajadora, en tono alterado, que no deja levantarse al niño porque no ha terminado o al menor diciendo que va a estar bien, o que le suelte porque le “da miedo”. “No me asustes”, llega a decir el niño, mientras la trabajadora le dice “que te aguante tu tía”.

También se escucha a la profesor o monitor riéndose de él por su forma de hablar o amenazando con pincharle en el culo si se porta mal o con echarle agua encima. También le llegan a decir que es “más vago que la chaqueta de un guardia” o se burlan de él diciéndole que es “muy listo”.

Las grabaciones fueron puestas en conocimiento del juez, que junto a la Fiscalía procedió a convalidarlas y en el marco de las diligencias abiertas, comenzó a realizar los interrogatorios en la causa, que permanece abierta.

La dirección del centro, tras tener conocimiento de esta denuncia, lo elevó a la Consejería, que trabajó en dos vías: la inspección educativa y la Unidad de Acoso Escolar, recientemente creada para este tipo de casos. Comenzaron a trabajar en este sentido, y de forma paralela llegó la denuncia ante el juez.