
Iberdrola potencia su compromiso con Castilla y León. Su impacto económico en la región superó los 1.183 millones de euros el año pasado, un 47% más que en 2021, sumando las inversiones, que se dispararon un 150%, alcanzando la cifra de 691 millones de euros, los salarios, la contribución fiscal -186 millones- y los pagos a proveedores, que alcanzaron los 236 millones.
Iberdrola efectuó compras a un total de 400 proveedores castellanos y leoneses, entre los que destacan empresas como Copsa, Cuarta Esfera, Transformadores Gedelsa, Talartos o Tecinsa. Asimismo, de la mano de Siemens Gamesa, los parques eólicos de la compañía en la región contarán con aerogeneradores fabricados en Lerma (Burgos) y nacelles ensambladas en Ágreda (Soria). La compañía contribuye así a la vertebración del territorio y a la creación de oportunidades industriales y de innovación en un mercado en crecimiento, con un alto componente exportador. Estas colaboraciones suponen una oportunidad para desarrollar la cadena de valor de esta comunidad autónoma y situar a la industria española como referente internacional.
La actividad económica de la compañía -que hoy celebra Junta General de Accionistas- se produce gracias a las cerca de 1.000 personas que trabajan en la región. Se trata de una Junta todavía más participativa, accesible, cercana, sostenible e innovadora poniendo a disposición de sus accionistas múltiples canales para participar a distancia, así como la posibilidad de asistir de forma telemática, en la que se reelegirá a Ignacio S. Galán como presidente, al menos hasta 2027, cumpliéndose así más de veinte años en la presidencia del grupo.
Ignacio Galán: el éxito de una estrategia visionaria
La llegada de Ignacio Galán a Iberdrola en 2001 supuso una importante transformación de una de las grandes empresas españolas. Cogió las riendas de una compañía que tenía prácticamente todo su negocio en España, en un mercado muy regulado y en un sector muy estable, con unos crecimientos planos y conservadores y tras recorrer todas las instalaciones de la empresa y entrevistarse con más de mil empleados y directivos en los primeros meses, el presidente de Iberdrola diseñó una estrategia orientada al cliente, que permitiera aprovechar al máximo todo el potencial de una compañía que contaba con una sólida base de activos y con un magnífico equipo de profesionales, especialmente gente joven, preparados para emprender un nuevo proyecto ilusionante y ambicioso.
Convencido de que se abría una etapa de grandes oportunidades para dar un gran salto cuantitativo y cualitativo que impulsaría a Iberdrola a posiciones de liderazgo europeo, Galán presentó su primer Plan Estratégico (2002-2006) con el objetivo de duplicar el tamaño y los resultados de la compañía en apenas cinco años. Las inversiones previstas en ese primer plan ascendieron a 12.000 millones de euros, destinadas básicamente a la construcción de infraestructuras de generación y redes, con un peso creciente de las renovables, principalmente la eólica.
Su visión sobre el entorno energético se anticipó claramente a las tendencias del sector, al asumir, en línea con los planteamientos del Protocolo de Kioto, que la utilización masiva de combustibles fósiles no era el futuro y que el cambio hacia la descarbonización progresiva de la economía y el crecimiento de las energías limpias para combatir el cambio climático era imparable e irreversible. La apuesta decidida por las energías renovables, en particular la eólica, fue recibida con enorme escepticismo, por quienes no supieron percibir los vientos de cambio que se avecinaban. Esta visión a contracorriente de la tendencia permitió a Iberdrola convertir los retos medioambientales en una auténtica oportunidad y las inversiones en tecnologías limpias en una potente plataforma de crecimiento.
El giro estratégico implicó además la desinversión en actividades no estratégicas para centrar todos los esfuerzos en la actividad básica de la compañía: la producción, distribución y comercialización de energía.
La ejecución del Plan fue un éxito y los objetivos se alcanzaron con antelación a los plazos previstos. Iberdrola se dotó del tamaño y del músculo suficientes para acometer los siguientes y ambiciosos retos: consolidar el liderazgo en renovables y emprender un fuerte crecimiento internacional.
Castilla y León lidera la carrera de las energías verdes
Iberdrola refuerza su liderazgo innovador y renovable en Castilla y León, que se consolida como un centro relevante de desarrollos de energía limpia en el ciclo inversor de la compañía a 2025, donde opera ya más de 5.150 megavatios (MW), situándola como la comunidad autónoma con más megavatios ‘verdes’ instalados por la compañía. Además, promueve las energías renovables como motor de desarrollo rural y de esta manera los pueblos emergen como garantía de futuro contribuyendo a una recuperación sostenible, permitiendo crear empleo local.
La mejor calidad de suministro del sector eléctrico español
En Castilla y León, i-DE, la distribuidora de Iberdrola, gestiona más de 43.707 km de líneas de baja y media tensión y más de 6.410 km de líneas de alta y muy alta tensión. Asimismo, cuenta con 15.658 centros de transformación en servicio y 246 subestaciones.
La compañía mantiene en la región un nivel de calidad de servicio por encima de la media nacional, con el mejor valor de la historia a cierre de 2022. Estos datos responden tanto a las inversiones realizadas por i-DE en nuevas infraestructuras eléctricas y en el mantenimiento y renovación de las ya existentes, así como a su ambicioso plan de digitalización. El despliegue de recursos para restituir el servicio y minimizar el impacto en clientes es prioritario para la compañía. Por ello, y aprovechando las sinergias creadas entorno a la automatización y la digitalización de la red, en 2022, ha conseguido reponer el suministro eléctrico al 70% de sus clientes en menos de 30 minutos ante eventos extraordinarios.
Impulsa más de 40 iniciativas sociales en Castilla y León
La Fundación Iberdrola España ha llegado a la sociedad castellana y leonesa a través de los distintos programas que desarrolla: por un lado, sus programas de formación inclusiva, divulgación de arte y cultura y las distintas restauraciones e iluminaciones y, por otro, las líneas de solidaridad y cooperación gracias a su Programa Social y de biodiversidad, ámbitos con los que está extremadamente comprometida. Desde hace una década, Iberdrola, a través de su Fundación en España, ha impulsado más de 40 iniciativas sociales en Castilla y León.