Miguel Ángel Fernández Ordóñez a su llegada a la sede judicial.
Miguel Ángel Fernández Ordóñez a su llegada a la sede judicial. / EFE

El exgobernador del Banco de España Miguel Ángel Fernández Ordóñez aseguró que la intervención de Bankia por parte del Gobierno “se hizo mal”, pero admite que el supervisor “tuvo que ponerse a disposición” del Ministerio de Economía” a partir de la segunda mitad de abril de 2012, momento en el perdió “el control” del asunto.

Así lo indicó en calidad de testigo en el juicio que investiga la salida a Bolsa de Bankia en julio de 2011 que se celebra en la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares (Madrid).

Fernández Ordóñez relató que el 17 de abril de 2012 aprobó un plan a Bankia condicionado a un cambio de gestores, desinversiones y saneamientos, si bien el avance del informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) hizo que el escenario planteado cambiara. “El informe tuvo una relevancia tremenda”, precisó.

“El documento tenía utilidad si se publicaba después. Los problemas de los bancos se conocen cuando ya se han solucionado. Este se publica antes”, reprochó el exgobernador de la autoridad monetaria. “A partir de aquí salta todo por los aires”, aseveró, explicando que la solución ya no eran las condiciones que incluidas en la aprobación del plan.

Fue en este momento cuando Fernández Ordóñez considera que el supervisor “perdió el control” de todo lo que ocurrió y niega conocer la reunión que en mayo mantuvieron el entonces presidente de Bankia Rodrigo Rato, el ministro de Economía Luis de Guindos y los presidentes de las tres mayores entidades financieras españolas (Emilio Botín, del Santander; Francisco González, de BBVA, e Isidro Fainé, de Caixa) donde se le forzaría a Rato a anunciar su dimisión.

“Estábamos en Basilea, no había nadie del supervisor presente y no se nos pidió opinión. A partir de aquí decidimos que había que ponerse a disposición del ministro y apoyarle en todo lo que dijera. Imagínense si trasladamos la opinión de que el Banco de España está en contra de lo que dice De Guindos”, resaltó.

Fernández Ordóñez apuntó que la credibilidad de los ministros “en general es muy baja”. “Hubiera sido un dislate total”, indicó. “Nos pusimos a disposición del Gobierno en la nacionalización, aunque nuestra visión es que se había hecho mal”, sentenció.

De otra parte, el exdirigente conocido como MAFO, recordó que el requerimiento a Bankia de cargar pérdidas contra reservas en los resultados correspondientes al ejercicio 2010 era “lo más razonable” y de no hacerlo, se hubiera ofrecido una “imagen falsa” de la entidad.

“Fue la decisión más correcta, si no se hubiera ofrecido una imagen falsa de lo que iba a ser Bankia solo tres meses después”, precisó, añadiendo que se hiciera contra reservas o contra resultados el valor patrimonial no hubiera variado.

Algo estudiado

De hecho, Fernández Ordóñez remarcó que cargar pérdidas contra reservas era un procedimiento que se aprobó para todas las cajas en España que se fusionaron, no solo en Bankia. “La falta de homogeneidad no es buena para el mercado, el supervisor tuvo que decidir. Fue algo muy estudiado”, indicó.

“A mí, desde luego, y a los miembros de la comisión ejecutiva, nos pareció lo más razonable. No tiene ninguna relación con la salida a Bolsa posterior de Bankia. Es una norma que se aplica a todo el mundo”, subrayó. Según dijo, esta decisión le “convenció entonces y le sigue convenciendo ahora”.

En su opinión, el caso de Bankia respondía al de “prácticamente una fusión”, aunque propiamente no lo era porque las cajas al integrarse no desaparecían. El exgobernador explicó que lo que interesaba era ver el resultado de las siete cajas que se fusionaron en la constitución del SIP de forma conjunta. “Otra decisión hubiera introducido un ruido enorme”, dijo.

Por otro lado, quitó relevancia a su papel en el asunto, recordando que había inspectores dentro de Bankia y que las integraciones son “forma normal de resolver crisis”.