«Esta huelga no es el final»

La jornada de paro se cierra con marchas por todo el país. Madrid vive una que, según los sindicatos, congrega a más de un millón de personas; 35.000 según el Ejecutivo.

Miles de personas salieron ayer a la calle para protestar contra la política económica del Gobierno, centrada en los ajustes, en distintas manifestaciones celebradas por toda España, que culminaron do la jornada de general convocada por CCOO, UGT, USO, CGT y STES-Intersindical. Como casi siempre, hubo guerra de cifras para cuantificar la asistencia a las más multitudinarias que se registraron en las grandes ciudades como Madrid, Barcelona o Sevilla.

Así, en la capital, la Delegación del Gobierno cifró en 35.000 personas la participación en la manifestación, mientras que para los sindicatos, más de un millón de ciudadanos se congregaron en una marcha que comenzó pasadas las seis y media de la tarde de la Plaza de la Lealtad bajo el lema Nos dejan sin futuro. Hay responsables. Hay soluciones.

Varias tracas de petardos, pitos y tambores alertaban del inicio de una marcha calificada de «éxito» por las centrales sindicales, en cuya cabecera se situó el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, acompañado por su homólogo en UGT, Cándido Méndez.

Entre los manifestantes se encontraron destacados líderes socialistas, como el exvicepresidente Manuel Chaves o los exministros de Trabajo Jesús Caldera y Valeriano Gómez. Además, se pudo ver entre los protestantes al secretario de Organización del PSOE, Óscar López, y al coordinador general de Izquierda Unida, Cayo Lara.

Al término de la movilización, los líderes sindicales enfatizaron que la huelga general «ha cumplido los objetivos», y advirtieron de que el paro «no es el fin de ninguna etapa», ya que seguirán movilizándose contra los recortes del Gobierno del Partido Popular.

«Qué gran día para la democracia ha sido este 14-N», recalcó Méndez ante los asistentes a la manifestación madrileña. «Ha habido un gran paro general en toda España y una gran demostración cívica», añadió, «esta jornada es una oportunidad para Mariano Rajoy y las instituciones europeas para que empiecen a rectificar sus políticas económicas».

Por su parte, Toxo explicó que «ha sido una magnífica noche» y reiteró que la huelga fue «histórica, por lo que está llamada a representar en el futuro». En la misma línea que su compañero, avisó de que el 14-N «no es la estación término de nada».

Los líderes sindicales siguieron la línea marcada en la mañana de la jornada de paro, en la que destacaron que los trabajadores «habían entendido que debían ejercer el derecho de huelga para exigir un cambio rotundo en las políticas económicas».

En la comparecencia matutina, Méndez aprovechó también para criticar al ministro de Economía, Luis de Guindos: «No me parece de recibo que vincule la incertidumbre con la huelga, porque la movilización es un mensaje de certidumbre absoluto. Es un hecho cierto que la inmensa mayoría de la población española está en contra de sus ajustes».

La marcha madrileña transcurrió sin incidentes, algo que no ocurrió en Barcelona, donde los Mossos d'Esquadra disolvieron una concentración alternativa que arrasó diversos comercios del centro de la ciudad. A pesar de los disturbios, miles de personas se concentraron bajo el lema Tenemos soluciones. Nos quieren quitar el futuro.

Por otro lado, 140.000 ciudadanos según los sindicatos convocantes, y unos 13.000 según la Delegación del Gobierno, participaron en la manifestación de Sevilla, que no contó con unidad entre las distintas centrales de trabajadores andaluzas.

Duelo de acusaciones en el Congreso.- La huelga tuvo impacto también entre la clase política española y, principalmente, entre los primeros espadas de los partidos mayoritarios que acabaron enzarzados en batallas dialécticas sobre las causas del paro general y sobre las posibles soluciones para salir de la crisis.

Así, el ministro de Economía y Competitividad, Luis De Guindos, manifestó el respeto del Gobierno al derecho de huelga, pero defendió que en las «circunstancias» que atraviesa el país «no es el camino adecuado para reducir la incertidumbre». El ‘popular' incidió, además, en el convencimiento de que la ‘hoja de ruta' seguida por el Ejecutivo constituye «la única salida posible para dejar atrás una crisis larga, que dura ya cinco años, y garantizar el futuro del estado de bienestar».

Con esas palabras, el dirigente conservador contestó al líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba quien aprovechó la jornada de paro general para pedir al Gobierno «que cambie su política económica» para no dejar a «mucha gente en la cuneta» en la lucha contra la crisis.

Sin embargo, el socialista también halló respuesta a sus declaraciones en las filas de la oposición pues el portavoz de CiU en el Congreso, José Antonio Durán i Lleida, recriminó al PSOE que apoye «políticamente» la huelga general cuando los «recortes» que se están tomando ahora se deben en gran parte a su «gestión previa».