El padre de Asunta: «Soy inocente y dejaré la cárcel con la cabeza muy alta»

El progenitor niega haber dado a la niña una alta dosis de Orfidal y asevera que la pequeña salió de su casa el día de su muerte «caminando con normalidad» junto a su madre.

El periodista Alfonso Basterra, que permanece en prisión provisional imputado por el supuesto asesinato de Asunta, su hija adoptiva cuyo cadáver fue hallado en una pista forestal el pasado 22 de septiembre, asegura que la niña salió de su casa el día de su muerte junto a su madre «caminando con total normalidad», al tiempo que defendió su inocencia: «Saldré de la cárcel con la cabeza muy alta».

Según el relato de los hechos del imputado, recogido en una entrevista publicada ayer por el periódico El Correo Gallego, en el que trabajó durante años, el sábado 21 de septiembre, «como muchos otros días», él preparó en su casa la comida para su hija y su exesposa, la abogada Rosario Porto.

Sobre las 17,20 horas de ese sábado, Asunta y su madre, quien también está imputada por asesinato, se marcharon y él se quedó en su casa «durante toda la tarde», hasta que su antigua compañera sentimental lo llamó para comunicarle «lo que había pasado e ir a Comisaría».

«Si la niña tomó la superdósis de Orfidal que dicen, habría salido ya de mi casa moribunda, y no es así, no es así», afirma el acusado, quien, además, reivindica que «todo» lo que ha dicho «se ha ido cumpliendo a rajatabla» y que «se ha demostrado» que no se movió de casa durante la tarde del pasado 21 de septiembre. «Explícamelo, ¿qué tienen contra mí? ¿Qué pruebas hay? ¿Qué hago yo aquí metido?», interpela a su antiguo compañero de redacción.

«Lo realmente duro fue perder a Asunta», reconoce Basterra. «Te lo aseguro, soy inocente por completo y no tengo absolutamente nada que ver con este caso. Lo repito, absolutamente nada que ver. Lo voy a demostrar y voy a salir de aquí con la cabeza muy alta, porque no he hecho nada», reitera.

«Voy a demostrar a todos los que me han juzgado así sin conocerme de nada que están confundidos, que deberían avergonzarse», indica Basterra, quien afirma que otros presos lo animan y le dicen «constantemente»: «Pero tío, ¿tú qué haces aquí? Contigo se han confundido, seguro».

Asimismo, el padre de la niña asesinada niega que él hubiese suministrado sedantes a su hija. «¿Cómo se me puede acusar de algo así si yo mismo avisé a las profesoras de que la pequeña tenía somnolencia?», se pregunta y agrega: «No tendría que haberla llevado a clase, pero lo hice sin ocultar nada».

«La información con que yo contaba en ese momento es que Asunta había tenido un brote de alergia y no le di mayor importancia al tema, porque yo mismo he tenido brotes así y sé perfectamente que los medicamentos que te recetan suelen producir mucho sueño y como un estado de agotamiento general», alega. No obstante, esta afirmación no concuerda con la declaración de la pediatra que atendía a la niña que negó ante el instructor del caso, el juez José Antonio Vázquez Taín, que la menor tuviese alergia.