Palacio de Valsaín hacia 1633. A la derecha, entre las cuatro torres, estaba el jardín. Juan Manuel Santamaría

Durante el Renacimiento, las comunidades religiosas siguieron trazando jardines en sus iglesias y conventos, pero hubo una novedad, estos también se introdujeron en las mansiones de la sociedad civil, para el disfrute privado de personas y familias. La iniciativa surgió en Italia donde se crearon dos modelos adaptados a las superficies, horizontales o en pendiente, sobre los que habrían de realizarse.
Si era sobre superficie horizontal, se hacían en ambientes cerrados, herencia del ortus conclusus latino, y sólo eran accesibles, paseables y aún visibles, para los moradores de la vivienda, unida al jardín mediante pórticos y galerías.

EL PALACIO DE VALSAÍN
A Segovia aquella novedad llegó bien entrado ya el siglo XVI de la mano de Felipe II, el rey antófilo, amante de las flores, a quien se debió el jardín que hubo en la Casa del Bosque, de Valsaín, apenas perceptible en la parte derecha del óleo que presentamos como ilustración.

Jardines renacentistas palaciegos
Plano del jardín del palacio de Valsaín según dibujo del arquitecto Brizuela. Archivo de Simancas

“Yo había tratado -decía el rey- de encajar cuatro bandas ajardinadas y cinco calles en las que había de repartirse el espacio, con doce cuadros y once columnas del lado largo del pórtico. Se lo escribí bien claro en el rasguño (boceto) que envié: han de ser las calles tan anchas como el hueco de los vanos; y la de en medio ha de ser tan ancha como el hueco de dos vanos, por haber pilar en medio y no venir bien la calle de medio a parar en él y por este concierto de las calles y los arcos creo que este es el mejor repartimiento se puede hacer. Los dos redondos son fuentes. Pero no me hicieron caso del todo pues prefirieron ajustar el repartimiento final al ancho de las calles, que salieron iguales.”

Jardines renacentistas palaciegos
Yeguas pastando en terrenos donde estuvo el jardín del palacio de Valsaín.

La actuación del rey no acabó con el diseño sino que se extendió a decidir las plantaciones de los tipos de arbustos, rosas y demás flores que se ponían.
Ocupaba un patio cuadrado comunicado con las restantes dependencias palaciegas a través de un pórtico de columnas y arcos que cubrían el lado norte y parte del lado este de aquel patio.
Lo que queda de aquel jardín es lo que se ve en el óleo mencionado, dos dibujos realizados por Felipe II y por Pedro de Brizuela y la explanada que ocupó, por la que pastan los caballos de la fotografía.

 

Jardines renacentistas palaciegos
Patio de la Casa del Secretario, con la doble galería, la fuente y la piscina. Archivo Municipal

JARDIN DE LA CASA DEL SECRETARIO
Y queda también lo que Gonzalo Pérez y Francisco de Eraso, secretarios del monarca, hicieron, imitándole como buenos cortesanos, en las casas que tuvieron en Segovia.

Jardines renacentistas palaciegos
Rincón del jardín de la Casa el Secretario con restos arquitectónicos del período Isabel. Archivo Municipal

Gonzalo Pérez adquirió la que por él se sigue llamando Casa del Secretario y la transformó parcialmente, acomodándola al gusto de la época con una hermosa fachada, zaguán y patio porticado, aunque respetando un pórtico con galería sobrepuesta, datable como de los primeros años de aquel siglo, que quedó abierto al jardín situado en la parte trasera de la mansión.

Jardines renacentistas palaciegos
Muro de hiedra y racimo de peras del jardín de la Casa del Secretario. Juan Manuel Santamaría

Con menor superficie que el de Valsaín, es posible que sólo tuviera hierba rodeando la fuente, octogonal y labrada en granito, decorada con esvásticas en las caras y surtidor central. Hoy es un jardín recoleto, con hiedra, un tilo, un magnolio y peral y césped compartiendo el espacio con una piscina.

 

Jardines renacentistas palaciegos
Galería angular, semejante a la que hubo en Valsaín, en el jardín del Torreón de Lozoya. Archivo Caja Segovia

JARDIN DEL TORREON DE LOZOYA
Francisco de Eraso también compro una gran casa, la que hoy se conoce como Torreón de Lozoya por la fuerte torre dE finales del siglo XV que se alza sobre la portada, y la reformó, haciendo nuevos el jardín y el patio.
Este se halla en la parte posterior de la edificación, con la que se comunica a través de pórtico adintelado y galería, adintelada asimismo, y con elegante balaustrada que, al igual que en Valsaín, forman ángulo.

Jardines renacentistas palaciegos
Jardín del Torreón de Lozoya. Al fondo, el doble arco y dos de las columnas que se agregaron al espacio primitivo. Archivo Caja Segovia

Ha sido reformado recientemente con modificaciones entre las que destaca el añadido de un segundo pórtico con dos arcadas pertenecientes a un edificio anejo y una columnata procedente de otro palacio segoviano, derribado para levantar sobre su solar el que hoy es subdelegación del gobierno, y que con ese nuevo destino se libraron de convertirse en grava. El jardín puede resumirse en una amplia superficie cubierta de césped, fuente baja en el centro rodeada de castaños de Indias, una alineación de cipreses haciendo de cortina y un muro de viña virgen, todo muy agradable a los ojos aunque resulta difícil saber cuáles fueran su anterior traza y plantaciones que, por fotografías de archivo, conocemos que estaba no perdido pero sí descuidado.
Lo que hoy se ve es, en lo esencial, el resultado de los trabajos de reforma dirigidos por el arquitecto Joaquín Vaquero Palacios cuando el complejo fue adquirido por la extinta Caja de Ahorros y Monte Piedad de Segovia.
——
*Académico de San Quirce.
Porunasegoviamasverde.wordpress.com