Jugadores que lo fueron del Imperio, reunidos en torno a la presentación del libro que recopìla la historia del club de baloncesto./EA

Con expectación se recibió en la tarde/noche que iniciaba la Navidad la presentación del libro ‘Club Imperio. Crónica de un equipo histórico’ que recoge la historia de un club que lo fue todo en el baloncesto segoviano. Cerca de trescientas personas acudieron al acto desarrollado en el salón de actos de la UVA en la ciudad. El poder de convocatoria de los organizadores, el boca a boca y lo atractivo del tema, fueron motivo más que suficiente para una presencia tan inusual, por lo elevada, que se suele producir en estos actos.
El libro que ha puesto en el mercado la editorial segoviana Derviche, ha sido escrito por Juan Carlos Manrique, ex jugador del Imperio, actual decano de la Facultad de Educación del Campus María Zambrano y columnista de El Adelantado, y recopila en sus 288 páginas toda la historia del club segoviano por el que han pasado muchísimos jóvenes de todos los estratos de la sociedad segoviana, desde los Jacinto Serrano, alma mater de prácticamente la totalidad de su historia, Aurelio García, Tomás Martínez, Calleja, Conceso Quintana, Maroto…, que pisaron las primeras y destartaladas canchas que por los años 40 del siglo XX existían en Segovia. Siguieron en la línea de sucesión los Bernal, también entrenador, Eusebio Velasco Navacerrada ‘Titi’, Antona, Andrés, Jiménez, Rebollo… con la llegada de otra ‘ola’ con Lázaro, Iradier, Tabanera, Prada, Migueláñez, Ibáñez, Porfi Fisac… y los más ‘recientes’, Manrique, Santiño, Alejandro Barroso, Soria, Tapia, Juampi, Carlos Herranz, Carlos Pérez, Sacristán, Mendoza, Chago Muñoz, Juan Carlos Ortiz, Javi Muñoz, Javi Peñas… sin duda, habría para llenar más páginas con nombres de los que tuvieron la enorme alegría de poder jugar en el mejor equipo segoviano de todos los tiempos.

Imperio, y Jesuitinas.

Regresando a la presentación, en el acto estuvieron algunas de las jugadoras que formaron parte del equipo femenino del Imperio y otras muchas que llegaron a Jesuitinas, equipo y club con parangón similar al del Imperio masculino pero con muchas más dificultades para poder jugar. Muy pocos equipos había entonces para competir.
El acto deparó uno de esos momentos especiales para el recuerdo, puesto que en el salón de actos del Campus se pudo ver juntas a Cuca Delgado, Sonsoles Novo, Belén Serrano, Concha Casado, Malú Carretero, Puri, Mari Cruz… que junto con otras muchas, fueron pioneras, o casi, en el baloncesto femenino. Hubo recuerdo, seguro, para todas las que estuvieron y ya no están. Su esfuerzo, sus ganas de jugar y ambición por ganar, quedaron en el recuerdo de aquellos que vivieron los tiempos de aquel baloncesto.
Muestra de lo atractivo de la presentación fue la presencia de Vicente Ramos. El extraordinario jugador que lo fue del Real Madrid, base de la Selección Española y entrenador del Imperio entre los años 78 a 80, viajó a Segovia para unirse al acto y mostrar, con unas breves palabras, el gran recuerdo que se llevó de aquella etapa. Junto a él también estuvo Mariano Uceda, empresario que apoyó al Imperio con medios económicos, cuando se buscaba casi desesperadamente ayuda para que el club no desapareciera.

Una justa y lógica petición.

La presentación del acto estuvo a cargo de uno de los editores de Derviche, cogiendo el relevo posteriormente para analizar ‘lo de dentro’ del libro el periodista Nacho Sáez, que llevó con profesionalidad el interrogatorio a Juan Carlos Manrique con preguntas que revelaron los entresijos del texto, en interesante aportación para quienes sienten curiosidad por aquellos que no sin esfuerzo, fueron completando el mapa de la historia de la ciudad en todos sus ámbitos.
En un momento de la entrevista, cuando el espíritu de Jacinto Serrano seguía ‘revoloteando’ en la sala, Juan Carlos Manrique, no sin intención, dejó caer la petición: “espero que alguien, en algún momento, ponga el nombre de Jacinto Serrano a cualquiera de las instalaciones deportivas donde se juegue al baloncesto”. Hubo aplauso unánime para la justa petición, porque sin Jacinto Serrano muy probablemente el acto, ni tampoco muchos otros actos anteriores, podrían haberse celebrado. Fue extraordinaria su aportación al baloncesto segoviano.
No hay que olvidar, por más que presente no pudiera estar por su ya avanzada edad, a Juan Pascual Manzano. Si el baloncesto había reunido a cientos de personas en el referido acto, la figura de Juan tenía que aparecer de una u otra manera. Su trabajo de toda una vida fue de entrega total por el baloncesto.

El Adelantado, presente.

Como colofón a lo ya descrito, no se puede olvidar la aportación de El Adelantado en muchos de los datos que aparecen en el libro. Meses estuvieron sumergidos entre los volúmenes del decano da prensa segoviana Manrique, Juampi y algunos otros en la amplísima hemeroteca del periódico, donde encontraron más de un millar de crónicas y otras informaciones referidas al club segoviano. La aportación del diario les fue fructífera.
El Imperio desapareció de las competiciones en el año 1985. De nada sirvieron las múltiples reuniones para que siguiera con actividad. La realidad por la falta de medios pusieron el broche final que no merecía su intachable trayectoria desde 1938.
Si entre lo redactado no se ha encontrado interés suficiente para adquirir el libro, no tenga la menor duda el lector de que si lo hace le resultará tanto interesante como ameno, puesto que en sus páginas se recogen datos, hechos y cuestiones diversas relativas no solo al baloncesto, también a la vida de Segovia durante varias décadas.