Un hombre fallece tras intentar asaltar una comisaría de París

Los agentes abrieron fuego al ver cómo la víctima se aproximaba con un cinturón de explosivos que resultó ser falso. Además, portaba una hoja con reivindicaciones del Estado Islámico

Un hombre falleció ayer abatido a tiros por la Policía cerca de una comisaría del norte de París después de que intentase atacarla con un arma blanca y un cinturón de explosivos que resultó ser falso. Además, tenía una hoja con un dibujo de una bandera del grupo terrorista de Estado Islámico y una reivindicación en la que aseguraba que actuaba para “vengar a los muertos de Siria”.

Los hechos se produjeron frente a la comisaría de la calle Goutte D’Or, en el distrito XVIII de París, una de las zonas en las que el grupo terrorista Estado Islámico dijo que iba a producirse un atentado cuando se registraron los ataques del 13 de noviembre en la capital francesa.

Cuando los agentes observaron que el individuo se acercaba hacia ellos armado, abrieron fuego y resultó abatido al instante. Una vez el robot artificiero registró el cadáver y comprobó que se trataba de un cinturón de explosivos falso, las fuerzas de seguridad registraron las pertenencias del fallecido, que no portaba ninguna identificación.

Sí llevaba consigo una hoja con un dibujo de la bandera de Estado Islámico, un diseño “bastante tosco”, según explicó la Policía, que apuntó a que “probablemente” estaba hecho con un rotulador negro.

La Fiscalía confirmó que el hombre llevaba “un teléfono móvil y un papel en el que figuraba una bandera de Daesh (Estado Islámico) y una reivindicación escrita a mano de manera inequívoca en árabe”. Además, el hombre tenía un teléfono móvil con mensajes en árabe y en alemán que los expertos están analizando.

El ministro del Interior galo, Bernard Cazeneuve, explicó que los agentes de Policía se vieron obligados a abrir fuego contra el hombre, cuya identificación todavía no se conoce al carecer de identificación y pese a que atacó con la cara descubierta. “Sabremos más en las próximas horas sobre su acción y sus motivaciones”, afirmó, antes de elogiar a las fuerzas de seguridad francesas por su actuación.

Pese a que la víctima gritó “Allahu akbar” (Alá es el más grande) en el momento del ataque, el portavoz del Ministerio del Interior, Pierre-Henry Brandet, aseguró que todavía es “demasiado pronto para hablar de un acto terrorista” y que “hay que ser prudentes”, por lo que defendió definirlo por el momento como si se tratase de “una agresión”.

Asimismo, fue Interior quien confirmó que lo que en un primer momento se pensó que podría ser un chaleco con explosivos resultó ser falso. Igualmente, la cadena France Info reveló que el objeto que balndía el hombre era un hacha y no un cuchillo.

“Según han dicho nuestros compañeros, quería inmolarse”, relató a Reuters un responsable del sindicato Policía Alternativa. “Gritó ‘Allahu Akbar’ y tenía cables que sobresalían de sus ropas. Por eso, el oficial de Policía abrió fuego”, precisó respecto a la actuación de las fuerzas del orden.

El suceso se produjo temprano, por lo que la ciudad de París estaba inmersa en su rutina diaria. Una vez se oyeron los disparos, la Policía acordonó la zona y recomendó a los vecinos no asomarse a las ventanas para evitar posibles balas perdidas. Del mismo modo, algunos colegios cercanos al lugar de los hechos cerraron sus puertas con los alumnos en su interior a la espera de más información, mientras que los agentes cortaban el tráfico en zonas aledañas y cortaban dos líneas de la red de metro y en una línea de cercanías.

Una periodista fue quien pudo ver el cuerpo del asaltante yaciendo en el suelo desde la ventana de su piso y quien subió las fotos en las redes sociales en las que se aprecia ya el robot de los artificieros examinando el cadáver.

La investigación permanece abierta por los fiscales, que atribuyen al hombre un delito de “intento de asesinato de personas depositarias de la autoridad pública relacionado con una empresa terrorista”.

Precisamente, el suceso se produjo en el primer aniversario del atentado perpetrado por los hermanos Cherif y Said Kuachi contra el semanario satírico ‘Charlie Hebdo’ en el que murieron doce personas.