
El Centro de Salud Segovia IV es el proyecto estrella con el que el gobierno de coalición regional presidido por Alfonso Fernández Mañueco despedirá la legislatura en lo que se refiere a Segovia. Digamos que con toda seguridad va a ser el proyecto de la legislatura. Lo cual es una satisfacción después de tantos años de promesas incumplidas, de ausencia de créditos presupuestarios o simplemente de consignación de partidas que luego engrosaban la lista de remanentes. De algo parecido lleva camino la segunda infraestructura sanitaria, o ampliación del Hospital General o futuro Hospital Universitario, o como quiera que se llame lo que derive de una inversión que en noviembre del 2020 parecía adquirir un buen impulso y que ahora parece ralentizarse por el cambio en la elección de terrenos y el uso que parece se le quiere dar a la mencionada infraestructura. Las consultas externas y el servicio de radioterapia parece que ahora se unirán en el mismo edificio con la instalación como sede definitiva de la Escuela de Enfermería, de la que todavía falta el trámite de aprobación de la Junta de Castilla y León una vez instado y concluido el procedimiento en la Universidad de Valladolid. Los iniciales terrenos cercanos al centro Antonio Machado se han quedado pequeños, con independencia de su dificultad urbanística, pero los cercanos al Hospital General son de propiedad privada y el precio requerido es elevado. El camino de la declaración de interés regional que allane una posible expropiación sería el principio de un largo proceso, en el que intervendría un conjunto de Consejerías, y no solo la de Sanidad. Salvo que se llegue a un acuerdo final con los propietarios. Es el futuro que espera a esta infraestructura hace tiempo deseada y reclamada por los segovianos y que, por lo que se ve, se va a hacer esperar.
El resto del proyecto de presupuestos de la Junta de Castilla y León que afecta a Segovia se centra en el mundo rural, salvo otro de esos proyectos que se diluyen en el tiempo como el Instituto de Bachillerato que se levantará en el barrio de San Lorenzo. A él se le une una iniciativa emblemática, como es la restauración de la torre de San Martín, con especial incidencia en sus cubiertas. Solo quedarían las actuaciones en San Esteban, que no hay que dejar caer en saco roto. Destacable es la modernización del regadío en la comarca del Carracillo, pulmón hortícola de la provincia o las depuradoras de aguas residuales en pueblos pequeños.
Las cada vez más cercanas elecciones regionales garantizan que la ejecución de algunos proyectos llegue a tiempo para la consabida foto con sabor publicitario
Pero, con independencia de lo que se consigne en un proyecto, que es susceptible de modificación en su trámite parlamentario, no hay que olvidar que los créditos presupuestarios hay que gastarlos para que no pasen a formar parte de la partida de remanentes tras su lucimiento público. Las cada vez más cercanas elecciones regionales garantizan que la ejecución de algunos proyectos llegue a tiempo para la consabida foto con sabor publicitario. Pero no todo acaba aquí. Estamos a las puertas de noviembre y el convenio o contrato con Las Recoletas para el servicio del acelerador lineal todavía no está culminado. En la competencia estatal, nada se sabe de la realización de las obras de restauración del retablo del Monasterio de El Parral y de los arcosolios adyacentes, cuyo grado de deterioro cada vez es mayor.
Segovia está acostumbrada a años de olvido y de promesas que en el mejor de los casos se quedan en iniciativas que no terminan de ejecutarse. El proyecto de presupuestos de la Junta de Castilla y León recoge actuaciones interesantes, aunque algunas de ellas deberían haberse realizado en el pasado. Lo mismo ocurre con los generales del Estado, aunque la subdelegada del Gobierno central lo quisiera enmascarar bajo el el manido argumento del gasto social, que vale tanto para un roto como para un descosido. Para un español es descorazonador contemplar el chantaje que año tras año realizan los secesionistas en la presentación de los Presupuestos Generales, y que suponen una división entre españoles de primera, de segunda y de tercera. A partir de mañana habrá que estar atentos a la tramitación de ambos proyectos en las respectivas Cortes, y luego a su ejecución, que es lo que cuenta, y que, como se sabe por experiencia en esta tierra, no siempre casan con los proyectos.