
Señora directora:
En vísperas ya de elecciones, esperando que se ofrezca el oro y el moro, es decir los muchos o menos grandes proyectos que se sabe que no van a poder realizarse y pasará con ellos lo que ocurre con el fantástico y desgraciado CIDE.
Hay que ser más realistas y pensar en que los presupuestos municipales se pueden y deben invertir, de verdad.
Hoy me cuentan que un forastero preguntó: Por favor, ¿dónde está el mercado central? Y el ciudadano interrogado contestó que aquí no existe un mercado central, ante la gran sorpresa y cara de incredulidad del visitante.
Y es que los lugares para el mercado existen: el mismo solar junto a telefónica donde hay unos pocos puestos que solucionan los problemas de muchas familias al tener variedad y cantidad de productos.
Pero no se ha pensado en la posibilidad del antiguo INSS en la plaza de la Reina Doña Juana, ni en el solar que quedaría eliminando el policlínico que nunca se va a rehabilitar.
Solar este que también valdría para un edificio de aparcamiento en pisos como existe en varias ciudades.
¿Se han estudiado las posibilidades del subterráneo en la plaza de San Esteban? Ya que parece que no hay mentes que encuentres soluciones para el tan necesario aparcamiento disuasorio.
Y una determinación firme: olvidar el maltratado carril – bici porque no va a ser útil en una ciudad de tan especial orografía como Segovia y con calles estrechas, pronunciadas y pendientes. Además, en las ciudades que lo tienen se utiliza para trasladarse a oficinas y centros comerciales, ¿y aquí?
También las bicis tienen alto presupuesto y necesitan personal para mantenimiento.
¿Las autoridades locales utilizarían el carril para desplazarse como hacen en otras, incluso los Ministros?
Otro tema son los aseos públicos de los que llevo hablando en varios de mis artículos, muy bien podrían instalarse en la escalinata de la Canaleja o en el Paseo del Salón o en las inmediaciones de la Plaza Mayor, como sucede en la cercana Ávila.
No olvidar los pavimentos de la mayoría de las calles, todos “repelentes” y atender a los más ( que son muchos) necesitados.
No olvidar tampoco el número alto de viviendas vacías y locales así mismo cerrados por toda la ciudad.
Una solución sería que, por ejemplo, la calle de Escuderos pudiera servir como centro de artesanía, (la calle en su totalidad, con pequeñas tiendas o talleres) dada su buena situación, también de paso para el Alcázar.
Otro tema: La necesidad de olvidar el proyecto del ascensor en San Millán, del que se habla de nuevo como seguro. ¿Por qué no pensar en una rampa o escalera de subida junto a la muralla?
Más fácil es pensar también en la estrecha escalera para subir, en el Paseo de los Tilos, con bajada, claro, por la escalera junto a la muralla. Todo más barato que los túneles imaginados y el ascensor.
¿Y los polígonos industriales y las reclamaciones de sus empresarios?
¿Y los barrios incorporados medio olvidados?
¡Ah! Y que funcione la oficina de Urbanismo, sin despreciar las colaboraciones ofrecidas, olvidando la soberbia y el yo.
Eva Martín Luengo