El bar de Mati, carta abierta al ayuntamiento de Cerezo de Arriba

    Señora directora:

    En primer lugar, quiero dar las GRACIAS a tantos clientes que se han convertido en AMIGOS, y a tantos otros que pasaron por la puerta del «Bar de Enrique» y supieron valorar el esfuerzo de una familia por sacar adelante un modesto local en una población de la sierra pobre segoviana. En Cerezo de Arriba, el número de habitantes “reales” (los que duermen y viven allí de lunes a domingo) no llega a 80, aunque las cifras del padrón nos engañen—ellos sabrán por qué—, y mejor no hablemos de la de edad. Quien quiera datos, están en el INE.

    Y en segundo lugar, se preguntará usted, amigo lector, a qué viene esta carta. El fin es aclarar la noticia publicada por este periódico el pasado día 25 de septiembre. En ella se hacía referencia a que los gestores del Ayuntamiento quieren gastar los recursos económicos del municipio en hacer un bar en la piscina municipal, con la excusa de que el «bar del pueblo no tiene un horario fijo por estar atendido por una persona mayor».

    Para el conocimiento de los gestores de este Ayuntamiento de Cerezo de Arriba, me gustaría que quedaran clarificados los horarios de este local en los dos últimos años: desde las 7.30 horas de la mañana a las 8, o incluso las 9 de la noche, de lunes a domingo. Y en los años previos a la pandemia, desde las 7 de la mañana hasta que salía el último cliente y, como se dice en los bares, y más en los de pueblo, con la escoba porque cuesta salir.

    Tal vez nos falle la memoria, pero en este local siempre se han refugiado los vecinos de las inclemencias del tiempo cuando tenían que coger “La Serrana” —aclaro que es el autobús que hacia la ruta hacia Segovia—. La hora de paso, las 7.45h, y no hacía falta consumir y así se ha seguido haciendo: se puede preguntar a los usuarios del transporte público. Y también era en este local donde este mismo autobús dejaba el correo a su vuelta de la capital, para que el cartero pudiera hacer su trabajo en el pueblo.

    Intento seguir refrescando la memoria y recuerdo que los niños que van al colegio de la localidad vecina en autobús —porque el nuestro se cerró hace algunos años con la connivencia de nuestros gestores municipales— también se protegen del frío, así como los monitores de ese autobús. Volviendo sobre este local de las antiguas escuelas, ya tiene uso social del que dicen -que quieren dotar al “bar de la piscina-para jugar a las cartas, reunirse, etc.”.

    Han sido muchos los que han hecho uso del depósito de recetas que recogía el farmacéutico, que después dejaba los medicamentos para que los vecinos fuesen cuando les pareciese bien. Esto también tenía el mismo coste: la sonrisa, el servicio público y la apuesta por el bien común de un municipio sin servicios.

    Tal vez a ningún concejal de nuestro ayuntamiento le haya hecho falta “acudir donde la Matilde” para pedirle una bombona de butano —de las que tenía para su uso— para calentar la comida o la cena de su familia, eso también es estar con los vecinos, o “un poco de tocino del jamón” para limpiar las parrillas el día de la Matanza.

    Por no decir la de veces que se recogen paquetes de los vecinos que no se encuentran en sus casas cuando llega el servicio de mensajería, o cuando llama el médico porque viene más tarde, o la toma de muestras de agua, o la atención a más de un transeúnte al que ofrecer un plato caliente, que tantas veces se lo quitaron los propios dueños a sí mismos o a sus hijos. La mejor enseñanza que nos dejan nuestros padres.

    El «Bar de Mati», como cariñosamente nos tratan los usuarios del Pueblo Inglés, es algo más que un bar de pueblo: es un centro social de familia y vecinos donde el beneficio económico dejó de serlo hace años.

    La gestión municipal hacia los locales comerciales ha dejado mucho que desear, el nuestro es el único local que “sobrevive”. En los últimos dos años hemos asistido, con mucha pena, al cierre del «Bar de Fernando» y de la carnicería de Pedro, una verdadera lástima. Desde el consistorio, por poner una muestra, en los dos años de pandemia solo se nos ha ayudado con 4 litros de gel hidroalcohólico y se han girado las tasas de basuras a pesar de no generar residuos por estar cerrados. Estas son las ayudas a la España despoblada, que deberían empezar desde nuestra propia casa. Aunque otros sectores económicos del municipio sí que han recibido ayudas, y también se debe de reconocer en este mismo escrito esa aportación. Sus razones tendrán, aunque quien escriba las desconozca, tendré que preguntar…

    Aunque mal está no ayudar al comercio local, peor es ponerle palos en las ruedas, como se hizo desde este Ayuntamiento durante las pasadas fiestas patronales del día 1 de septiembre.

    Que el Ayuntamiento ponga una barra en la plaza del pueblo el día de la fiesta, privando al “bar del pueblo” de hacer algo de caja para subsistir el resto del largo invierno, es demasiado feo. ¿Acaso creen ustedes que con una media de 20 servicios diarios subsiste un negocio? ¿A quién quieren engañar? Espero que, al menos, la iniciativa haya repercutido en las arcas municipales y se haya cobrado la ocupación de ese espacio, porque los cerca de 9.000 euros de la orquesta —dato ofrecido por un concejal—, alguien los ha tenido que pagar.

    Ese ha sido el detonante por el que el «Bar Benito» se encuentra en estos momentos totalmente cerrado, además de por un problema técnico surgido ese mismo fin de semana que aún está por resolver. Pero dudo mucho que en el consistorio se sepa, ni se quiera saber, porque aún no se ha recibido ninguna llamada, ni una mínima visita, para preguntar si la “señora mayor” se encuentra bien de salud.

    Ustedes dicen que van a gastar no sé cuántos miles de euros en habilitar el bar de la piscina para todo el año, basándose en que allí está la calle de viviendas de protección oficial y hay familias jóvenes. Esas viviendas tienen más de 30 años, y sería bueno que miraran la media de edad, el número de personas por casa, y quiénes viven allí para justificar ese interés.

    El bar de la piscina, que abre en verano para este servicio, se recibe en explotación sin ningún tipo de gasto, que corre a cargo del Ayuntamiento; aclárese, de los impuestos de los vecinos, locales e industrias que pagan religiosamente agua, basuras y servicios durante todo el año. Como es obligación.

    Que digo yo, que si quieren bares, tienen dos totalmente equipados para poder alquilar en el centro del pueblo, donde pasa el médico, el autobús, el frutero y pescadero, donde acontece la salida de la misa del domingo y donde se monta la verbena de los días feriados. Sin querer saber mucho de números, los recursos económicos de que se quieren desprender bien les daría para unos cuantos años de alquiler.

    Pero también hablan de levantar un edificio en el solar propiedad del Ayuntamiento, en la misma plaza. Ese edificio, que era el antiguo ayuntamiento, se derribó hace algunos años y, en vez de conservar la estructura externa, se tiraron más de 200 años de historia, además de las piedras con diferentes inscripciones que aún ruedan por algún vertedero o alguna tapia de los vecinos. Destruir para después decir que construimos, siempre a costa del mismo.

    David, y en tu nombre toda la corporación: el dinero público no lleva nombre, pero lleva el rostro de cada uno de los escasos vecinos que van quedando. Antes de esa inversión habría que facilitar la vida a las familias jóvenes y a los mayores que viven en Cerezo, porque tampoco ellos reciben nada, solo el incremento de impuestos en los últimos años . ¿Acaso han elaborado un estudio de mercado para ver la viabilidad de esa inversión? ¿O eso solo lo hacen los empresarios porque el dinero sale de su bolsillo?

    Y si usted, amigo lector, ha llegado hasta aquí, gracias por su tiempo. Termino como comencé: dando las GRACIAS A AMIGOS Y CLIENTES.

    MARTA BENITO