Señora directora:
El pasado sábado se celebró en Arcones,tal como estaba anunciado por este periódico,un entrañable homenaje a Juan Sanz y al sacerdote,Felix Arribas. Se trataba de agradecernos el mérito que tuvimos por ser los iniciadores, en la década de los 70, de recuperar las danzas de paloteo, que llevaban en silencio mas de 40 años.
El protocolo del homenaje lo organizaron el Ayuntamiento y la Asociacion cultural ‘La Cachucha’. Sensacional el resultado. Se escenificó en la Plaza Mayor del pueblo. Allí formaron un corro grande de personas asistentes, sentadas cómodamente. Daban la imagen de querernos abrazar con sus miradas cariñosas.
El espacio circular del interior del corro sirvió de escenario, para una manifestación cultural de las bellas artes de Arcones, las danzas. Cuatro generaciones de danzantes intervinieron. Empezaron las viejas glorias que consiguieron aprender por primera vez, la escenografía de las antiguas danzas .Esto ocurrió en el año 1975.A estos meritorios iniciadores de las danzas le siguieron en este escenario, tres nuevas generaciones de danzantes.Todos estrenaron danza, desde La Cachucha a la Reverencia.Pero nos reservaron una sorpresa que hicieron saltar mas de una lágrima a los homenajeados: pusieron en escena nada menos que la danza del Caracol, bailada con castañuelas. Pero cantada ‘a capella’ por el Sr. Juan. La grabó en el año 1975. La tarareó de tal forma que convirtió su voz en instrumento musical. Mostró un alarde de potencia que no precisó de otra ayuda, para que los danzantes siguieran el ritmo y la melodía.Fue el momento más emocionante del homenaje.Los aplausos de todos los asistentes sellaron la interpretación de los danzantes,y del Sr. Juan.(A modo póstumo ,claro.)
Los grandes discursos de otros homenajes se transformaron en breves intervenciones pronunciadas primero por el joven alcalde, después por La Cachucha y finalmente por este homenajeado. Todos dimos paso al folklore elocuente de las bellas artes de Arcones. Aquí sí que se pudo aplicar el adagio: “Vale mas una imagen que mil palabras”.
FÉLIX ARRIBAS
