La noche mágica de Malcolm Scarpa

    Grandes músicos de nuestro país han homenajeado durante una sesión mágica celebrada el 24 de enero a Malcolm Scarpa (1959-2022), extraordinario artista que murió el pasado julio tras una carrera de enorme calidad y cantidad, pero escaso reconocimiento del mercado discográfico.

    El concierto se celebró en los bajos de la Sala San Pol, una de las referencias madrileñas cantadas por Malcolm durante su trayectoria musical de tres décadas, desde sus años iniciales tocando en el metro de Madrid hasta su último disco publicado: Something Like That! (2015). Tres docenas de artistas de primera fila y amigos, tanto monta, monta tanto, interpretaron una treintena composiciones del genio de Pueblo Nuevo. Las 200 entradas a la venta se agotaron rápidamente ante el deseo compartido de rendir tributo a un artista muy querido en todo el país. La avalancha de artistas deseosos de mostrar agradecimiento a Scarpa dejó a varios instrumentistas de alto nivel fuera de cartel, algo inevitable ante una figura de su dimensión.

    Rosa Scarpa, su hermana, organizó un encuentro que congregó asombrosas cotas de talento, porque nada llega tan lejos como la pasión familiar. El amor de una hermana siempre supera al poder de las instituciones y Rosa consiguió reunir en pocas semanas a generaciones de artistas de enorme valor, llegados desde los cuatro puntos cardinales y cuya única minuta fue demostrar su devoción por el amigo ausente. Dieron lo mejor de sí mismos por respeto hacia un hombre fundamental para el desarrollo musical en los años de la transición y posteriores. Compartieron el entusiasmo por Malcolm desde las primeras generaciones de bluesmen (con participación de varios septuagenarios de primera generación del blues patrio, todos rara avis) hasta jóvenes músicos en alza (treintañeros rumbo al mainstream de la industria, pero sin olvidar las raíces) durante una sesión vibrante que se prolongó casi tres horas.

    La noche mágica de Malcolm Scarpa

    Las versiones del género blues corrieron a cargo del legendario grupo The Jokers, con el armonicista Ñaco Goñi (con quien tocó durante años en el suburbano de la estación de Colón) y Xulián Freire (impulsor clave del encuentro desde el mismo tanatorio donde le lloró). Ambos estuvieron al frente de una formación cambiante y de enorme compenetración a la hora de improvisar. Sonaron trece piezas del género blues, desde I´ll Be Gone hasta Mop Mop, composiciones de la primera etapa de Malcolm, y con puntas de especial emoción en la interpretación de Carmen By the Sea o En Los Bajos del Cine San Pol (junto a Héctor Rojo), justo en San Antonio de la Florida, al lado de los frescos de Goya donde se celebró acertadamente el tributo. Ese espacio singular, casi una burla de las leyes del tiempo porque introduce a quien se adentra allí de forma abrupta en los años setenta, inyectó una calidez especial a la celebración.

    Los músicos dieron lo mejor de sí mismos durante el homenaje y reflejaron el esfuerzo de pioneros y renovadores del género: los armonicistas  Rafa Sideburns y Osi Martínez, y los legendarios Francisco Simón, Armando Marcé, Mayca Edjole, Josele Martín, Steve Jordan y Elvia Aguilar, entre otros, derrocharon energía de alto voltaje en una sesión irrepetible. Tras varias canciones ejecutadas impecablemente por Ameba (Raquel y Buter), se pudo escuchar el mayor “éxito” cosechado por Malcolm: El Estanco de Paula, momento que levantó al público de los asientos. Correspondió tal honor a David Cobo (cantante que viajó desde Tarragona hasta Madrid para el minuto y cincuenta y cinco segundos que duró su versión). Una confidencia relevante: cuando Rosa Scarpa estuvo pegando carteles del homenaje por su barrio, se dirigió al auténtico estanco de Paula, en la calle José del Hierro. Al pedir permiso para pegar el poster, se dirigió a la encargada, de nombre Paula y presumiblemente hija de la protagonista de la canción; pues bien, esa muchacha desconocía por completo la existencia de la canción sobre su local y el rodaje de un vídeo en esa tienda, allá por 2004. Puro Malcolm Scarpa, desconocido hasta esos extremos.

    También interpretó piezas Jorge “Flaco” Barral, otro de los pioneros con los que Malcolm compartió giras y conciertos durante años. En ese instante se rozó el delirio al entrar la velada en territorios de la psicodelia, espacio sonoro que también dominó a la perfección el de Pueblo Nuevo. Su recreación de Love for You se queda ahí, para la historia de los grandes momentos vividos en la sala San Pol.

    La noche mágica de Malcolm Scarpa

    Otros nombres destacados del panorama musical fueron Pablo Solo, Héctor Oliveira, Jackie Revlon (llegada desde Bilbao y al borde de la deshidratación tras tanto llanto por su amigo), Ramblin Edu (también de los colegas vascos, quien emocionó al respetable con La Misericordia), Juan Ferrari (grandísimo guitarrista), Luis Prado (otro momento sublime del homenaje con Sunday Afternoon), Luis González (alias Caballero Reynaldo), uno de los principales apoyos de Malcolm durante sus años de silencio, que grabó un centenar de composiciones en su Hall of Fame Records; Román García, Iván Harpillo, o Luca Frasca (productor de Something Like That! y excepcional teclista), entre otros.

    La traca final corrió a cargo de Los Estanques: Iñigo Bregel, voz y teclados; Germán Herrero, guitarra; Daniel Pozo, bajo, y Andrea Conti, batería. Los Estanques habían tocado días antes en el Price con un éxito de los que hacen época y destacan a pasos agigantados como grupo puntero, catapultados por su espectacular álbum Burbuja Cómoda y Elefante Inesperado (2022), uno de los más exitosos en España el pasado año. Los cuatro citados y Anni B. Sweet, estrella emergente muy valorada por público y crítica, bordaron una decena de versiones de temas psicodélicos, progresivos y poperos. Sonaron en esa última franja varios clásicos como Fue un Otoño Estupendo, Chasing Clouds, Eccentric Millionaire, Dinah Flow (la favorita del autor homenajeado) o el impresionante cierre: Keep in my Mind, título perfecto para el homenaje.

    Blues y pop, agua y aceite; sin embargo, Malcolm Scarpa logró el milagro de unir ambos universos sonoros durante su homenaje. Estos músicos repiten la palabra “genio” al definir a Malcolm Scarpa, al igual que se reiteró en la mayoría de los obituarios publicados tras su fallecimiento. Por ejemplo, Luis DB, responsable del programa Islas de Robinson (RTVE) y presente en el homenaje, define a Malcolm Scarpa como “un bendito genio multipolar, maravilloso y talentoso amateur por vocación, tan errático como sublime”. Luis DB había dedicado su programa dominical a difundir el homenaje y glosar la figura de Malcolm, para lo que reunió en su espacio radiofónico a invitados cercanos al homenajeado: Rosa Scarpa, los músicos Juan Ferrari, Xulián Freire, Iñigo Bregel y Germán Herrero, el productor Luis González, Santiago Lorenzo (escritor de amplio renombre afincado en un ignoto rincón de la Segovia profunda) o la fotógrafa y pintora Ana Hortelano, entre otros.

    También ha mostrado su admiración Iñigo Bregel, de Los Estanques: “Malcolm Scarpa es el gran genio incomprendido de España”; en la web Mussica, se indicaba que “Malcolm Scarpa era un pequeño genio. Discreto, quizá incomprendido por muchos aunque venerado por una selecta minoría”, mientras la prestigiosa revista Ruta 66 publicaba un lamento compartido por muchos de los músicos que ahora le homenajean: “Pensar que semejante genio se nos ha marchado en silencio, que no habrá justicia para Malcolm…”.

    Sin embargo, esta sesión en los bajos del cine San Pol sí puede coadyuvar a que algún día haya justicia para Malcolm Scarpa, aunque sea poética y en diferido. Varios jóvenes creadores audiovisuales, fotógrafos y expertos en sonido (Idoia, Isabela, Daniel, Pablo, Clarito, Guille, Enrique y Antonio Alba) grabaron la sesión con equipos profesionales para sumarse al homenaje y proyectar lo sucedido hacia el futuro. También arrimaron el hombro periodistas (Las Pilares) y el diseñador Héctor. Ahora trabajan juntos para dar forma a un audiovisual cuyo título será Qué Te Debo, Malcolm? También empujan en la misma dirección Ana Hortelano y Rosa Scarpa, quienes transcriben las notas manuscritas en varios cuadernos que dejó Malcolm, otro proyecto en busca de ese reconocimiento que el genio de Pueblo Nuevo no alcanzó en vida. Tal vez, quién sabe, puede que, quizá estos esfuerzos consigan auténtica justicia para Malcolm y honren la entrega absoluta de su vida a la música.