Visita al yacimiento. / Fernando Ayuso
Visita al yacimiento. / Fernando Ayuso

Organizada por la Asociación de Vecinos de Madrona, se ha celebrado el pasado sábado día 5 una nueva jornada arqueológica en torno el yacimiento visigodo de la Cuesta de la Alamilla, descubierto y excavado oficialmente en sucesivas campañas en la década de 1950. Las anteriores jornadas distan mucho en el tiempo, en las formas y también en los contenidos, porque fueron organizadas durante la excavación por mismo régimen con fines propagandísticos y políticos; entre aquellos asistentes, en un escenario adornado de grandes mástiles con banderas internacionales, se encontraban el embajador de Estados Unidos y el Comisario General de Excavaciones, el germanófilo Julio Martínez Santa Olalla.

En la actual ocasión el lugar elegido para esta convocatoria fue el salón municipal del edificio consistorial que acogió con comodidad a todos los interesados, varios de ellos con la máxima cualificación profesional y solvencia en la ciencia de la arqueología, a los que los participantes siguieron con especial expectación. Se contó con la asistencia del ponente principal, Antonel Jepure, el arqueólogo que más ha estudiado el yacimiento de Madrona; Luciano Municio, actual arqueólogo territorial en Segovia de la Junta de Castilla y León; Ángel Fuentes Martínez, acreditado catedrático de arqueología por la UAM; y Luis Morato Herrero, profesor de historia en la ciudad de Segovia.

exposición fotográfica La organización de la jornada recibió a los interesados con café, infusiones y dulces y una exposición de fotografías realizadas en aquel tiempo por Antonio Molinero López, responsable de las sucesivas campañas de excavaciones y excelente fotógrafo que documentó gráficamente todas ellas y que hoy resultan de gran utilidad a los estudiosos actuales, en especial a Antonel Jepure.

De toda la colección de fotografías realizadas por Molinero, que consta de varios cientos, y que se mantienen en perfecto estado, la exposición recogía más de treinta en las que los asistentes, además de apreciar la magnitud de lo excavado y encontrado, reconocieron a convecinos que participaron directamente en los trabajos; a otros que llegaron en calidad de visitantes y también a alguno de los regidores y autoridades locales de aquella época.

ponencia de jepure Jepure Antonel Jepure es, con total probabilidad, la máxima autoridad científica en el tema de los visigodos en Segovia, y puede que en España. Su tesis doctoral la realizó en su país natal, Alemania, sobre los yacimientos de Madrona y tiene varias publicaciones sobre los de Espirdo, Duratón y Castiltierra.

Destacó la importancia de la necrópolis de Madrona, ya que está clasificada como la segunda más valiosa de España tras la de Duratón. Su transcendencia se debe no sólo al número de sepulturas estudiadas, unas 350, y al material de ellas obtenido, sino a las muchas que aún esperan intactas en esta zona.

Habló de las nuevas técnicas que usa la ciencia de la arqueología, una de las cuales se concreta en no mover ninguno de los restos que afloran hasta su documentación y registro completos, ya que la disposición original de los objetos aporta una información valiosa a la hora de su catalogación y estudio posterior, información que se desmorona en cuanto se altera este orden. De ahí la gran importancia de la preservación de cualquier yacimiento arqueológico. Su ponencia fue guiada por la explicación de una serie de diapositivas de elaboración propia así como de fotografías de Molinero. Surgió una cuestión que desbordaba un poco los objetivos concretos de la misma, y es el que se refiere a la identidad de los que tallaron esos sarcófagos, sobre los que hemos convenido en llamar visigodos, pero surgen múltiples interrogantes basados en discordancias de fechas y costumbres.

Se estudia a los muertos con la intención de conocer el mundo de los vivos, dice Antonel, y las sepulturas de esa época están cargadas de información, aunque aún se mantiene como un arcano la ubicación de las ciudades y pueblos de los llamados visigodos, incluida la de Madrona. No se sabe con certeza el lugar donde residían, aunque sí se da por seguro que el poblado apenas dista doscientos metros de su necrópolis, como también se da por seguro que no ocuparon las construcciones de la villa romana.

También, a demanda de un asistente, nos recordó algo doloroso para la arqueología en este país; se trata del hecho cierto de que fuera de España se le otorga muy alto valor a estos yacimientos, con enorme diferencia respecto al que se les otorga aquí mismo.