
Miles de personas participaron ayer en la romería a La Hiniesta (Zamora), uno de los acontecimientos populares más multitudinarios y considerada la más antigua de España, ya que se celebró por primera vez en el año 1291.
Los romeros acompañaron desde primera hora de la mañana en procesión a la Virgen de la Concha. El rezo de la Salve ante la imagen de la Virgen del Yermo, en la iglesia de San Lázaro, es uno de los momentos emblemáticos de la jornada aunque destaca de forma especial la subida a la Cruz del Rey Don Sancho.
“Todavía no entiendo por qué la sociedad zamorana no se ha hecho eco de él. No hay ningún pueblo de Europa que lleve 950 años haciendo una actividad, que es la subida a la Cruz del Rey Don Sancho. Podemos afirmar que la Cofradía se fundó en 1073 para preservar la memoria del rey Sancho II, que nos cercó. Fue instituido por la reina Urraca para rezar por el alma de Sancho II”, explicó el presidente de la Cofradía de Nuestra Señora de San Antolín, Ricardo Flecha.
“Lo hacía el Lunes de Pentecostés porque, según el rito mozárabe era el día de difuntos, de recordar el espíritu de quienes se habían ido. Los zamoranos subíamos a la Cruz del Rey Don Sancho cuando se estaba construyendo la Catedral de Zamora. Deberíamos explotar esto, aunque solo fuera por promoción de la ciudad”, consideró.
Después del responso por el Rey Sancho II, la comitiva continúa hasta La Hiniesta, donde se cumple el llamativo rito del saludo de pendones y el tradicional intercambio de bastones entre los alcaldes de ese municipio y de Zamora, seguido por la misa mayor y una comida de hermandad. “Hubo un año, en 1997, que nos dijeron que había 20.000 personas. Lo que pasa es que, ahora, las cosas han cambiado. Se viaja con más facilidad. En cualquier caso, los pueblos antiguos se mueven por las tradiciones. La romería, en esencia, no ha variado”, indica Flecha.
Después de la comida, al salir del pueblo, tras un saludo de pendones, las mozas despiden a los romeros con cantos y la romería discurre por el campo hasta la ermita del Cristo del Valderrey. “Para mí, es cuando más bonita es la romería. Ahí se reza un rosario y hay un refresco con pastas, pagado por los mayordomos. Muchísima gente, con bailes. Llevan todo el día de romería y siguen bailando”. “Desde ahí, llegamos a la ciudad de Zamora, donde hay otro hecho importante. Nuestra Señora de San Antolín sale a hombros de clérigos pero, para entrar en la ciudad, lo hace a hombros del concejo zamorano, o sea, del Ayuntamiento”, relata.
En la jornada de ayer, después de una mañana y unas primeras horas de la tarde con el cielo parcialmente cubierto pero sin precipitaciones, la lluvia obligó a acelerar el recorrido de regreso a la capital zamorana, no sin antes proteger la imagen de la Virgen.