Francisco Igea
El vicepresidente, portavoz y consejero de Transparencia, Ordenación del Territorio y Acción Exterior de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea. EFE/Nacho Gallego/Archivo

La Junta de Castilla y León ha pedido este jueves «disculpas por las molestias ocasionadas” al suspender cautelarmente en el día de ayer la vacunación con el fármaco de AstraZeneca ante los posibles efectos adversos de la vacuna, pero ha defendido que acertaron al tomar esa medida por la «no decisión» del Gobierno central.

Así lo han trasladado el vicepresidente y portavoz de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, y la consejera de Sanidad, Verónica Casado, en una rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno de este jueves, donde han defendido su postura respecto a la decisión de suspender cautelarmente el fármaco y la dan por «corroborada» por el Consejo Interterritorial de Salud.

En la rueda de prensa, Igea ha argumentado que la suspensión «debía haberle correspondido» al Gobierno central, como hicieron otros países europeos al conocer que iba a haber un nuevo informe de la Agencia Europea del Medicamento, y ha avisado de que apoyarán al Ministerio de Sanidad en las decisiones que tome, pero no en las que no tome: «alguien tiene que encargarse de velar por la seguridad de nuestros pacientes«, ha resumido.

En este sentido, Igea ha rechazado las «graves» afirmaciones de la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, quien rechazó la suspensión cautelar de la vacunación de Castilla y León, ya que «no se ajustan a la realidad«: «siempre hemos sido leales al Gobierno cuando ha tomado decisiones restrictivas (…) pero también lo hemos dicho de manera reiterada, no vamos a apoyarle en la no decisión cuando hay que tomar decisiones».

Por su parte, la consejera de Sanidad de Castilla y León, Verónica Casado, también presente en la rueda de prensa, ha enfatizado que no se arrepiente «de nada, de absolutamente nada«, con relación a la suspensión cautelar de la vacunación con AstraZeneca, y ha negado que actuara «por libre», sino que ejerció sus competencias por prudencia y avalada por la ministra de Sanidad.

Casado ha reconocido que tomaron la decisión por la «sospecha» que tenían de cambios en el criterio manejado por la Agencia Europea del Medicamento sobre los trombos y su relación con la vacunación con AstraZeneca, por unas declaraciones realizadas el día anterior en medios de comunicación por un experto de esa entidad comunitaria, y por el anuncio de que habría un informe, del que no tuvieron información oficial hasta las tres de la tarde.

Pese a estos, ambos han antepuesto los beneficios contra la covid-19 a los riesgos de su inoculación. «Las vacunas son seguras, tiene muchos más beneficio vacunarse que no hacerlo«, ha insistido Casado, antes de reiterar los escasos efectos secundarios detectados a nivel internacional con las vacunas que se administran en la actualidad. «Merece mucho la pena que sigamos confiando en esta vacuna, porque salva vidas, hay que intentar seguir adelante con ella«, ha añadido.