
La integración del Instituto de Biotecnología de León, conocido como Inbiotec, dentro de la Fundación Centro de Servicios y promoción Forestal y de su Industria de Castilla y León (Cesefor), permitirá su reconversión en el primer centro de investigación biotecnológica aplicada a los recursos forestales de la Comunidad Autónoma.
Así lo anunció el consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, con motivo de su visita a las instalaciones de Inbiotec en la ciudad de León, donde recordó la “serie de avatares tristes” que ha sufrido Inbiotec, donde “afortunadamente ha sido un caso de éxito la función realizada para poder incorporarse a la Fundación Cesefor”.
Inbiotec atravesó una “importante crisis” que llevó “al peor de los pronósticos”, es decir, al concurso de acreedores y su liquidación, lo que supuso su práctica desaparición en el año 2020. Por este motivo, la Junta de Castilla y León, desde la Consejería de Fomento y Medio Ambiente -ahora denominada de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio- y la de Economía y Hacienda, se puso en marcha para “poder reflotar una institución muy querida y arraigada con 30 años de antigüedad de investigación muy relevante” de la mano de “unos científicos y personal muy preparado que León no podía perder”.
El titular de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio puso de relieve que Castilla y León “tiene numerosos centros tecnológicos que apoyan y hacen la transferencia de conocimiento científico a determinados sectores económicos con colaboración publico privada”, de manera que “el sector adecuado para que Inbiotec tuviese una nueva vida era fundamentalmente el sector forestal”.
Un sector “muy importante en la Comunidad” que “carecía de un centro biotecnológico de investigación”, lo que hace de ello “el lugar adecuado de Inbiotec”, para lo que Cesefor “es el instrumento perfecto”, ya que “se trata de una fundación privada que presta desde hace tiempo servicios al sector privado pero también a la Junta de Castilla y León”. Así, “era importante integrar Inbiotec en Cesefor y que se hiciera cargo de una nueva etapa que le diese estabilidad, tranquilidad y vida”.
De acuerdo con los datos aportados por Juan Carlos Suárez-Quiñones, la integración ha conllevado que “Inbiotec pase a formar parte de Cesefor” ha hecho que “tenga un futuro asegurado” mediante “una serie de financiaciones públicas y privadas”. Entre ellas, la Junta de Castilla y León ha aportado 600.000 euros para la puesta en marcha de la integración, al tiempo que aportará fondos al “carácter de referencia nacional en la biotecnología del sector forestal”, que también prestará servicios al Gobierno autonómico.
En este sentido, el consejero detalló que “ya se están realizando investigaciones importantes”, entre los que destacó la avispilla del castaño en El Bierzo, el chanclo del castaño y otra serie de plagas y enfermedades forestales que necesitan de alta ciencia para su solución.
El responsable de la Fundación Cesefor, Pablo Sabín, aseguró que la pretensión del centro es “poder crecer” en cuanto a plantilla, actualmente compuesta por siete personas, con el objetivo “ideal” de “poder incorporar talento y poder duplicarla en los próximos dos o tres años”. Para ello, esta misma semana se publicará una oferta de búsqueda de director científico y productivo del centro. Sabín explicó que el objetivo es “replicar lo que se ha hecho con éxito hasta el momento” con “un soporte importante de la Junta y de otras administraciones”, que supone el 25 por ciento de la financiación.