Criadero de ranas toro.

Nuestra Comunidad es territorio granjero, con naves que se reparten por toda su superficie y que albergan explotaciones de variedad de tamaños de ganado bovino, ovino, caprino, porcino, aviar, especies más representativas de la actividad agropecuaria castellano-leonesa. Según el Anuario de Estadística Agraria de Castilla y León correspondiente al año 2021, con datos del REGA (Registro general de explotaciones ganaderas), había en la región un total de 1.484.673 cabezas de ganado bovino, 2.430.864 de ganado ovino, 149.325 cabezas de ganado caprino, 4.564.425 de ganado porcino con Segovia en cabeza de la Comunidad con más de 1.200.000 animales, y 8.213.525ejemplares de gallinas ponedoras.

Existen, sin embargo, otro tipo de explotaciones agropecuarias reservadas para emprendedores que no se resignan a los terrenos trillados y que se abren camino y arriesgan su futuro en actividades innovadoras de las que apenas existen estadísticas.
Es el caso de Julia Gómez y Alberto Conde que fundaron en el año 2021 la empresa Caracoles Tierra de Pinares S.L en Vallelado, en un terreno de 2.000 metros cuadrados. Sin conocimientos previos en materia de cría de moluscos, recibieron instrucción y asesoramiento de una firma del ramo radicada en Ávila y hoy en día pueden presumir de una producción de kilo y medio de caracol por metro cuadrado.Alternan las labores de la granja con el teletrabajo que realiza Julia, ingeniera de telecomunicaciones, para una empresa en Madrid y con la profesión de electricista de Alberto.

O de Nicomedes Villoria, el dueño de la granja Don Faisán, que abandonó los instrumentos de músico de verbenas hace más de 15 años para dedicarse a la cría de faisanes en Macotera, Salamanca.

 

Gusano de la harina

En toda España hay 37 granjas criadoras de insectos de las que tres están radicadas en Castilla y León.

En estas fechas está siendo noticia la próxima inauguración en Salamanca del mayor complejo biotecnológico de Europa, con una inversión de 70 millones de euros, una extensión de 80.000 metros cuadrados y con capacidad de vender más de 100.000 toneladas de productos de insectos al año.

La empresa, Tebrio, abrió su primera planta de producción de insectos de toda la UE en 2015. En 2019 se convirtió en la primera firma biotecnológica del mundo en obtener la autorización para fabricar fertilizantes orgánicos elaborados con insectos.
Tebrio produce la especie Tenebrio molitor, al que se conoce comúnmente como gusano de la harina, coleóptero con gran cantidad de proteínas.

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) publicó en 2021 su primera opinión sobre este insecto y ha concluido que el consumo de gusano de la harina o larva de escabarajo oscuro por parte de seres humanos ya sea como ‘snack’ o como ingrediente para otros alimentos no plantea problemas de seguridad, aunque puede provocar reacciones adversas en personas que son alérgicas a los crustáceos o a los ácaros del polvo. De momento la legislación española no permite comercializar estos productos para consumo humano, pero permite importarlos de otros países, como Portugal.

La mayor parte de la producción de Tebrio se destina a alimentos para otros animales, ya sea triturado y transformado en harina para fabricar piensos con los que alimentar a ganado y mascotas, o bien como alimento vivo empleado en acuicultura, avicultura o en la cría de animales exóticos.

La cría de insectos ya cuenta con una asociación profesional a nivel nacional, Aproinsecta, que se declara representante de los intereses de “un sector potente y beneficioso económicamente de criadores de insectos para consumo humano, animal y otros usos derivados”.

 

Granjas de caracoles

Las granjas de caracoles gozan de una mayor implantación con una trayectoria que se remonta a bastantes años atrás. En Castilla y León hay contabilizadas 45 granjas de este tipo, presentes en todas las provincias a excepción de Soria. El sector se ha incrementado un 220% en tan solo cinco años, pasando de 12 a 45 instalaciones, con la provincia de Zamora en cabeza del ranking con once explotaciones.

La cría de caracoles recibe el nombre de helicicultura -palabra que procede del latín hélix, que significa hélice y que alude a la forma de la concha del caracol- una actividad que probablemente se remonte a los romanos que ya practicarían una rudimentaria cría de estos moluscos.

Caracoles, ranas y lombrices, el nuevo ganado de Castilla y León
Vivero de caracoles.

Una de las empresas de referencia y más antiguas del sector, Hélix Zamarro, está situada en Ciudad Rodrigo, e inició su actividad en 2005 constituida por los hermanos Raúl y Jorge, con un 50% de participación accionarial cada uno. Además de la labor de cría, la empresa asesora e imparte cursos de formación a emprendedores de la región y de otras comunidades españolas.

De la labor inicial y exclusiva de cría de alevines, Hélix Zamarro ha pasado, con el paso de los años, a comercializar también caracoles de engorde. Así, hubieron de ampliar su objeto social a la venta de los materiales necesarios para la construcción de criaderos.
Con respecto a la empresa Caracoles de Tierra de Pinares, de Vallelado, sus promotores aclaran que existe una demanda creciente de caracoles que no queda cubierta por la oferta. Según ellos, hoy por hoy, la mayor parte del caracol consumido en España procede de la importación, siendo Polonia el primer país productor de Europa.

Como en otros muchos sectores, también el del caracol se topa con la competencia de las producciones procedentes del extranjero, sobre todo de Marruecos, para algunos de pésima calidad y de precio muy bajo, a unos 3 euros el kilo en comparación con los 10 euros de media que cuesta el kilo de caracol de granja española.

 

en Burgos, humus de lombriz

En 2016 dos jóvenes emprendedores, Nazaret Aparicio y Samuel Sanz,fundaron en Roa de Duero (Burgos) la empresa Vermiduero dedicada a la cría de lombriz roja californiana para producir humus de lombriz, un abono orgánico muy apreciado para regenerar tierras de cultivo. Entonces solo había en Castilla y León tres empresas dedicadas al vermicompostaje, y la suya fue la primera instalada en la provincia de Burgos.

Los millones de lombrices de su explotación comen materia orgánica
–estiércol de animal y restos vegetales- procesan el alimento y lo expulsan, con lo que se obtiene el humus de lombriz, un fertilizante cien por cien ecológico.

 

Un millón de ranas

Desde Carbellino de Sayago (Zamora) se exportarán a toda Europa ancas de ranas criadas en este pueblo de apenas doscientos habitantes en el primer ranario ubicado en el continente. La empresa Grenoucerie, creada por el zamorano Fabián Simón y la argentina Paula Echenique nace con la ambición de convertirse en uno de los dos o tres ranarios mayores del mundo.

Un ranario es, según el Diccionario de Americanismos, el lugar donde se crían ranas. De lo novedoso de esta actividad da cuenta que el DRAE todavía no recoge este término y su significado, término, por otra parte, empleado en diversos países de América hispana.

La empresa, dedicada inicialmente a la comercialización de ancas de rana procedentes de Asia, posee desde 2019 la autorización de la Junta de Castilla y León para la cría de la Rana Perezi, una especie autóctona europea en peligro de extinción cuya pesca está prohibida en España por el furtivismo.

Fabián Simón estudió en la Universidad de León y realizó su tesis doctoral sobre ranicultura. Explica que la explotación de la rana no necesita mucho espacio para desarrollarse; con cien metros sería suficiente para obtener rentabilidad ya que este batracio es un animal pequeño que apenas requiere inversiones en infraestructuras.

Pretende llegar a una producción de un millón de ranas al año e incluso aumentar la cifra ya que se trata de la única explotación de España con autorización de cría de ranas en cautividad.

 

Perdices y faisanes

La granja cinegética La Viña, situada en el pueblo salmantino de Macotera, se dedica a la cría de perdices que irán a parar, inexorablemente, a los cotos de caza de todo el país a merced del punto de mira de las armas de los aficionados.

La empresa fue fundada por los hermanos Alfonso y Juan Blázquez hace más de treinta años partiendo de un hobby de adolescentes. Sus desvelos se encaminan a que sus aves, cuya genética es la de “las auténticas perdices de Castilla”, vuelen bien y que se parezcan lo más posible a sus parientas silvestres.Para los hermanos su actividad no es para hacerse ricos pero les gusta vivir en su pueblo y la tranquilidad de que disfrutan.

También partiendo de un hobby Nicomedes Villoria se animó a crear su granja Don Faisán en Macotera, a un kilómetro de la granja de La Viña, dedicada, básicamente, a criar animales para caza y repoblación de cotos.

La cría de faisanes abarca aproximadamente una estancia en granja de unos tres meses en que las aves alcanzan la madurez y durante la cual reciben tratamientos especiales en cuanto a alimentación y sanidad acordes con su etapa de desarrollo. El criador explica que el mayor problema que pueden dar los faisanes, enfermedades aparte, es que se pican entre ellos y pueden llegar a matarse. “A los dos meses y medio tenemos que ponerles unos protectores en el pico y vamos uno por uno”.

Como a sus vecinos de granja, a Nicomedes la explotación no le da para hacerse rico, solo “para pagar las facturas».

Modas abandonadas

Hubo un tiempo que se pusieron de moda en España las granjas de avestruces que, hoy por hoy, han desaparecido prácticamente del mapa. La última granja de avestruces de Castilla y León, de la veintena con que contaba la región en los años noventa, echó el cierre en 2019, tras veintiún años de actividad en Villar de Ciervo, Salamanca. A la falta de mataderos y los problemas para introducir en la dieta un tipo de carne nueva, se unió la implacable competencia de Sudáfrica.

Caracoles, ranas y lombrices, el nuevo ganado de Castilla y León

A pesar de los esfuerzos de los ganaderos salmantinos por agruparse para abaratar costes y poder competir con Sudáfrica sólo la de Villar de Ciervo había logradola supervivencia. El resto tuvieron problemas para conseguir rentabilidad. A una cría cara –de unos 120 euros por animal- se unía una venta ajustada -de no más de 150 euros- además de la necesidad de asumir el coste del traslado de los animales hasta las granjas.

Otro tipo de granjas con grandes dificultades para salir adelante lo constituyen las de visones. Castilla y León contaba con dos granjas de visones americanos en las localidades de Navatalgordo (Ávila) y Lubia (Soria), obligada la primera a sacrificar en 2021 la totalidad de sus animales afectados por la epidemia del Covid-19. La posibilidad de contagio del Covid y de la gripe aviar a estos animales ha puesto en alerta a las autoridades sanitarias, que ordenan cortar por lo sano ante el primer resultado de contagio con el sacrificio de la totalidad de la población animal de las granjas afectadas.

Esta circunstancia, acompañada del acoso que este tipo de granjas sufren por parte de organizaciones animalistas, abocará probablemente a su cierre en nuestro país en el horizonte del año 2030, como por otra parte ya ocurre en otros países de Europa.