Castilla y León cuenta con más de 187 equipos de coordinación sociosanitaria integrados por 1.200 profesionales que el año pasado atendieron a cerca de 1.000 pacientes, un 22,7 por ciento más que hace un año. Este sistema asistencial, que se quiere implantar en el conjunto del Estado y que la región comenzó a desarrollar hace diez años «de forma pionera», incluye cuidados de larga duración, atención sanitaria a la convalecencia y rehabilitación en pacientes con déficit funcional recuperable.
Estos equipos de coordinación son los encargados de detectar y analizar los casos complejos que pueden requerir de sus servicios con el objetivo de resolver el problema o bien mejorar, lo máximo posible, la situación de partida del paciente en cuestión. «Tenemos que pasar de una atención centrada en procesos agudos y hospitalocentristas a una atención humanizada y centrada en el paciente. Debemos pasar del curar, al curar y cuidar», explicó la directora general de Planificación, Calidad, Ordenación y Formación de la Consejería de Sanidad, Ana Hernando, quien precisó que la importancia de este debate ha provocado la organización en Zamora la próxima semana, del 26 al 28 de mayo, del VI Congreso Nacional de Atención Sociosanitaria.
«Los cambios en los patrones de morbi-mortalidad, el aumento de la esperanza de vida, de las personas en situación de dependencia y con discapacidad, los cambios sociales y culturales, los tecnológicos, el incremento de pacientes crónicos y pluripatológicos y un largo etcétera requieren vertebrar cambios en los actuales modelos asistenciales, orientados a ofrecer una atención integral a un determinado tipo de pacientes, generalmente crónicos, que por sus especiales características y vulnerabilidad precisan de la actuación sinérgica de los profesionales de las redes social y sanitaria», resumió.
Cooperación. En el año 2000, la Junta creó la ‘Estructura regional de atención sociosanitaria', con el fin de facilitar la cooperación de los sistemas de salud y de acción social. Esta medida se tomó para garantizar que los enfermos de la Comunidad que por sus características de especial vulnerabilidad requieren de ambos servicios, tengan la mejor atención posible. En estos momentos, una de las principales metas de los equipos de coordinación de base es afianzar cada vez más la unión y el trabajo en común de los agentes sociales y de los sanitarios y, por lo tanto, «es fundamental facilitar el intercambio de información y conocimientos entre ambos servicios». Con este fin, se organizan encuentros periódicos para la búsqueda de soluciones conjuntas a los problemas concretos atendidos por los profesionales. Sólo en 2009 se celebraron 683 de estas reuniones.
El congreso de Zamora -en el que se han inscrito más de 500 personas, tanto de España como de Portugal, y que reunirá a más de 100 especialistas- abordará el presente y el futuro de esta asistencia, que aparece por primera vez recogido en el ordenamiento jurídico sanitario de la Comunidad Autónoma en el proyecto de Ley de Ordenación del Sistema de Salud de Castilla y León, que en estos momentos está en tramitación en las Cortes. Las conclusiones de la reunión se elevarán al Ministerio de Sanidad y Políticas Sociales, con el fin de que las tenga en cuenta en la elaboración del futuro Libro Blanco de la Atención Sociosanitaria.
El congreso contará con políticos y responsables «del máximo nivel» de las administraciones sanitarias del conjunto de las comunidades autónomas, y está abierto por primera vez «a todo el espectro posible», manifestó Hernando.
