Santovenia de Pisuerga
Agentes de la Guardia Cicil vigilan un domicilio de la localidad vallisoletana de Santovenia de Pisuerga. EFE/NACHO GALLEGO

El hombre que esta madrugada ha matado a otro en Santovenia de Pisuerga (Valladolid) se ha entregado a la guardia civil tras trece horas atrincherado en su vivienda, desde donde ha disparado en la cabeza a un agente de la Guardia Civil que intentaba negociar con él, han informado a Efe fuentes de la investigación.

Además, ha sido liberado el único rehén que durante todo el tiempo se encontraba en la vivienda, que era el yerno del supuesto asesino, que no ha sufrido ningún tipo de daño físico. Por otra parte, el teniente coronel y jefe de la Unidad Especial de Intervención Pedro A.C., continúa en estado grave, pero estable, en el hospital Clínico de Valladolid donde ha sido intervenido tras recibir un disparo en la cabeza del supuesto asesino.

Los hechos ocurrieron sobre las 1,45 horas de la madrugada, en el cruce de la calles Alfredo Martín y Marqués de San Felices, cuando la persona ahora detenida disparó con un arma de fuego contra un varón de 45 años al que mató. Después, salió huyendo del lugar y se refugió en otra vivienda, próxima al portal del fallecido. Horas después, sobre las 8,15 horas fue cuando disparó contra un teniente coronel de la Guardia Civil que en ese momento estaba al frente del operativo y que resultó herido en la cabeza.

Según explicó la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, que se desplazó hasta Santovenia, una riña tumultuaria entre doce personas que ya se conocían y tras la que algunas precisaron asistencia sanitaria, fue el detonante del asesinato registrado esta madrugada.

Por su parte, la suegra del hombre fallecido, Encarnación Arias, aseguró que el detonante del crimen fue un pinchazo de ruedas que generó una discusión sobre las 18 horas de ayer entre las mujeres de la víctima y del presunto asesino. Después, ya por la noche, tuvo lugar una agresión en la que seis personas hirieron al hombre que ha fallecido y su esposa, lo que provocó que fueran atendidos de sus heridas en el Hospital Clínico de Valladolid.

El primero en recibir el alta, señaló la mujer, fue su yerno de 45 años, Dionisio Alonso, que fue recogido en el Hospital por un hijo, que lo trasladó a su casa, un piso de la tercera planta de un edificio situado en el número ocho de la calle Alfredo Martín, donde también reside, pero en el bajo, el presunto autor del disparo, al que conocen por el nombre de ‘Chiqui’.

Al entrar en el inmueble, el hombre abrió la puerta de su vivienda y disparó con una “escopeta” al fallecido. Su suegra y su hijo menor de 17 años al escuchar el ruido, bajaron al portal y se encontraron al hombre malherido, que falleció minutos después. Además, el agresor intentó disparar también a un hijo de 27 años que acompañaba a la víctima.

Al respecto, Encarnación Arias insistió en que víctima y agresor se conocían de la infancia y que no existía entre las dos familias, que viven de alquiler en le mismo edificio, ningún problema previo más allá de la acusación sobre el pinchazo de las ruedas.

También negó la versión oficial y aseguró que el hombre atrincherado no tenía ningún rehén, sino que aseguró que las personas que le acompañaban eran los novios de sus dos hijas, que además -dijo- participaron en la agresión a la víctima mortal y su esposa, el incidente que precedió al disparo mortal.