Quiero que mire la foto del insecto de arriba. Se trata de un coleóptero saproxílico, es decir, un insecto del tipo escarabajo que se alimenta de madera. Con ese aspecto, quizá piense que se trata de una especie que se encuentra en algún país exótico lejano, como Australia o Nueva Zelanda. Pero no. Este curioso bicho habita en los bosques de Castilla y León. Sin embargo, su presencia es cada vez más reducida. Por ello, la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León ha decidido ha decidido hacer algo para remediarlo.
La administración autonómica va a acometer actuaciones de conservación de especies protegidas de estos coleópteros en las provincias de Burgos, León, Palencia y Soria. Para ello, va a destinar casi 100.000 euros en crear microhábitats para dos especies consideradas de interés comunitario: La ‘Rosalia alpina’ y la ‘Osmoderma eremita’, considerada esta última como vulnerable en el Catálogo Español de Especies Amenazadas.
Los bosques caducifolios de hayas suelen ser el hogar de la ‘Rosalia Alpina’, cuyas larvas se alimentan de la madera en descomposición de estos árboles. Mientras, la ‘Osmoderma eremita’ vive entre robles y quejigos, desarrollándose en el humus acumulado en cavidades de grandes ejemplares centenarios.
Como se habrá fijado, ambos coleópteros necesitan de hábitats demasiado específicos, lo cual hace que sus poblaciones estén muy localizadas y aisladas. Es importante para ellos que los bosques tengan una estructura madura y con materia orgánica en descomposición disponible, si no se ven amenazados por los cambios del entorno y la retirada de árboles caídos o centenarios.
Por ello, las actuaciones de la Junta para conservar estas especies consistirán en incrementar la disponibilidad de madera muerta en hayedos y robledales mediante diferentes técnicas, como instalar pequeñas pirámides de madera, anillado de árboles, corta de hayas de entre uno y dos metros de altura y creación de nuevos trasmochos.