La Carrera del Pavo, hilo conductor de la Navidad segoviana

Más de un centenar de corredores participan en una de las citas deportivas del año para la ciudad y que concluye con la victoria de Julio Martín por sexta edición consecutiva.

El día de Navidad asomó en Segovia para celebrar una de las citas deportivas y culturales más importantes que definen la impronta de la ciudad, la Carrera del Pavo. La 81 edición de la tradicional prueba reunió a un total de 101 participantes de todas las categorías a los pies del Acueducto y se dirimió con los cuatro mejores. El triunfador de la jornada fue Julio Martín que se alzó con el pavo que lo acredita como ganador, por sexta vez de manera consecutiva. Entre los corredores destacó la presencia de Pedro Delgado y a los mandos, un año más, estuvo el club ciclista 53×13 en una impecable labor.

La Plaza del Azoguejo amaneció con una niebla que fue atenuándose para dejar paso a un escenario impoluto invadido por un agradable sol de invierno. Las bicicletas sin cadenas fueron llegando con el toque de queda para disfrutar de la llamada del 25 de diciembre segoviano. Para entrar en calor, la organización ofreció chocolate caliente para los más madrugadores. Las calles que enfoscan el recorrido fueron congregando a cientos de espectadores y la algarabía pasó a un primer plano.

Al filo de las 11.30 horas, rompió la competición popular para dar paso la emoción. La Calle Teodosio El Grande descorchó la salida y de uno en uno fueron bajando los corredores en sus respectivas bicicletas sin cadenas. La inercia y el impulso del viaje fueron las claves para empinar la subida de la Calle Juan Bravo y a partir de ahí enfilar un tramo fundamentado en el giro constante del manillar con el fin de arañar metros al empedrado urbano. El entrenamiento de algunos corredores permitió carreras vibrantes de mucho músculo a lo largo de todo el entramado. El ambiente festivo sirvió para destilar ánimos y aliento a los participantes. Así, cada uno ascendió a su cumbre personal y el ahínco se vio materializado en forma de recompensa particular.

La serie final y los ganadores Los ocho mejores accedieron a las dos semifinales y Julio Martín, Miguel Martín, Daniel Torres y Rafael Sanz tomaron parte en la convocatoria definitiva. Igualada y disputada estuvo la última serie que finalizó con la victoria de Julio Martín, que hasta el momento había ganado en cinco ocasiones y con ésta coronó la sexta. Al mérito del primero con la entrega del pavo, le siguieron el joven Sanz y Torres, segundo y tercero respectivamente, para recibir el tradicional pato y el pollo como estipula la historia. El cuarto clasificado fue Miguel Martín, al que también se reconoció su labor con dos botellas de sidra. En la disciplina femenina fue Isabel Plaza la que rubricó el triunfo tras una destacada actuación. Todos los corredores que tomaron parte obtuvieron un obsequio de la organización compuesto por sidra y turrón.

A la cita no faltó la representación del Ayuntamiento para hacer entrega de los diferentes premios. La concejala de Deportes, Marian Rueda; la de Obras, Servicios e Infraestructuras, Paloma Maroto; y el de Desarrollo Económico, Empleo e Innovación, José Bayón, ejercieron las labores de acreditar a los ganadores su trofeo y reivindicar así el apoyo al deporte por parte del consistorio. De esta manera, se puso el broche a la Carrera del Pavo y se cerró la trilogía de actividades organizadas por el club 53×13 durante estas navidades.

El público calienta la fiesta Una de las fechas en rojo del calendario de los segovianos es el día de Navidad con la celebración de la Carrera del Pavo. Se trata de una de las citas más singulares de la ciudad. Prueba de ello es la importante repercusión mediática que copa en los principales informativos nacionales. Su peculiaridad de subir con una bicicleta sin cadena un desnivel acumulado de la altura del Acueducto hace que las miradas del 25 de diciembre queden focalizadas en el casco histórico de Segovia. La respuesta del público es el marco que ensalza la dificultad de la prueba. Los ánimos dispensados sirven de aliento a los participantes y calientan el ambiente. Una fiesta, que año tras año, es acogida con interés y algarabía para dar la bienvenida a la Navidad.