En los ojos de Jhon Jairo brilla un indisimulado orgullo cuando desde el centro del patio del módulo 2 del Centro Penitenciario de Segovia observa el magnífico resultado de ocho meses de trabajo que ha transformado el frío gris del hormigón de uno de sus muros en un testimonio gráfico de la historia de una iniciativa medioambiental  que ha servido para que cerca de un centenar de internos hayan tenido la oportunidad de trazar su ruta hacia la libertad pisando las sendas, caminos y veredas que San Frutos pisó a su paso por Segovia.

Así, el proyecto ‘', que unió al Centro Penitenciario con la iniciativa impulsada por EL ADELANTADO DE SEGOVIA para abrir esta particular ruta  turística y medioambiental como  recurso integrador para aquellos internos inscritos en el módulo terapéutico de la cárcel, celebra este año la décima peregrinación mostrando el mural elaborado por los internos y peregrinos donde se recoge el recorrido, los pueblos y localidades por los que discurre y los monumentos más importantes que ver a lo largo de la ruta.

Así, los peregrinos de esta décima edición decidieron arrancar este año desde el propio módulo la primera de estas etapas hasta Basardilla, no sin antes dar el último vistazo a la obra pictórica dirigida y diseñada por un peregrino que pese a no haber realizado el camino, ha entendido y asimilado su esencia en esta obra.  Jairo reconoce que la obra pudo acabarse “en tres o cuatro meses”, pero las duras condiciones meteorológicas del invierno y las obligaciones laborales del propio autor dentro del centro fueron demorando el proyecto.

Pese a ello, el resultado es “emocionante”, tal y como reconoce el coordinador del proyecto y educador del Centro Penitenciario Jesús Hernández, que aseguró que el mural no solo rompe la monotonía del patio para dar color a un espacio frío y gris, sino que tiene un carácter didáctico, ya que  “cada vez que comencemos con un grupo, nos situaremos frente al mural para explicarles el recorrido, la figura de San Frutos, los monumentos a visitar e incluso los compañeros que a lo largo de esta iniciativa han recorrido el camino”. Pero Hernández no olvida el objetivo terapéutico de esta iniciativa ya que “supone un aliciente muy importante para los internos y asímismo ejerce una función motivadora para ellos”.

“El mural les sitúa frente a un objetivo, salir de la cárcel, y esto es utilizado para que durante el programa ellos puedan modificar aquellos aspectos de su vida que les han llevado a prisión y poder insertarse de nuevo en la sociedad”, explica el coordinador.

La relación del Camino de San Frutos y el centro penitenciario de Segovia se remonta al año 2012, fecha en la cual se inició tan singular peregrinación a propuesta de la directora del Adelantado de Segovia, Teresa Hernanz, quien facilitó los planos por donde discurría el trazado. Fue en marzo de ese año donde un grupo de internos acompañados por profesionales y voluntarios del centro comenzaron a recorrer los casi 80 kilómetros que separan la capital del acueducto de la Ermita de San Frutos en el enclave del parque natural de las Hoces del río Duratón.

Desde marzo del 2012, el grupo del centro penitenciario ha recorrido en diez ocasiones la ruta, tanto por la vertiente de la Sierra, como por la variante de Caballar.

La actividad vinculada al camino se centra también en otros hitos complementarios como la confección de ‘pins' con la flecha verde que identifica las marcas del camino, así como la mejora de la señalización a través del repinte o la inclusión de flechas en las distintas rutas. De igual modo, los internos han realizado cuadros trabajados en hilo con la figura de San Frutos con los que han querido agradecer a las personas y entidades que colaboran con esta iniciativa  (Fundación Padre Garralda Horizontes Abiertos, Cruz Roja, Ayuntamiento de Segovia, Prodestur, alcalde de Cantalejo, restaurante La Juvenil, Asociación El Progreso de Villar de Sobrepeña, capellanía católica o EL ADELANTADO)